El grupo de viajes Thomas Cook se declaró ayer en suspensión de pagos después de fracasar las negociaciones de refinanciación. La quiebra del segundo turoperador del mundo obligará a una macro operación de repatriación de 600.000 turistas a nivel mundial y amenaza el puesto de trabajo de cerca de 22.000 empleados, 9.000 de ellos en el Reino Unido. Del total de viajeros afectados, unos 150.000 son británicos. El que fue el pionero de los paquetes de viajes combinados en el mundo operaba también como aerolínea y propietario hotelero, con gran presencia en Canarias y Baleares.

La quiebra supone el fin de las operaciones de la flota aérea y de las de su filial Thomas Cook Airlines Scandinavia, aunque no las de su filial alemana Condor y la mallorquina Thomas Cook Airlines Balearics que, por el momento, mantienen su actividad.

Unos 150.000 británicos están de vacaciones en estas fechas con el turoperador en crisis, por lo que el Gobierno ha puesto en marcha la que será la mayor repatriación de británicos desde la Segunda Guerra Mundial, con docenas de vuelos chárter gratuitos, según el Gobierno británico. Esta operación podría tener un coste superior a los 100 millones.

Según el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), Juan Molas, el impacto económico del cierre del gigante británico deja una deuda superior a los 200 millones de euros para el sector turístico español en su conjunto.

«La suspensión de pagos de Thomas Cook deja un hueco importante en el mercado y otras operadoras van a querer cubrir ese espacio. El turista británico supone casi el 20% del sector en España», opinó el presidente de la patronal de agencias de viaje Acave, Martí Sarrate. Entre esas empresas capaces de cubrir los servicios de Thomas Cook está el líder del sector, la multinacional alemana TUI.

En el caso de España, la repatriación a Reino Unido se hará desde Alicante, Almería, Girona, Reus, Ibiza, Menorca, Palma, Fuerteventura, Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife. Según el Ministerio de Fomento, en la próxima quincena, las compañías Thomas Cook y Thomas Cook Scandinavia tenían programadas 525 operaciones en aeropuertos españoles, por lo que el cierre afectará a cerca de 114.000 pasajeros con destino u origen España (el 70% con conexión con el Reino Unido).

Thomas Cook no pudo asegurar los 200 millones de libras (unos 227 millones de euros) que necesitaba como fondos extra para garantizar su supervivencia. Después de un fin de semana de reuniones, no fue posible evitar el desenlace: Thomas Cook puso punto y final a 178 años de historia. En las negociaciones participaron hoteleros españoles, comandados por Iberostar y Cehat, llegando a proponer una quita de la deuda a la compañía.

ISLAS / La quiebra del gigante británico supone un duro golpe para el turismo español, en especial para las islas. Las aerolíneas del grupo trajeron el año pasado a España a cerca de 3,6 millones de turistas, según las estadísticas de Aena, aunque la mayoría (1,68 millones) vinieron con Condor, firma alemana que mantiene las operaciones. Pero, además, Thomas Cook cuenta con más de 50 hoteles en España (29 en Baleares, 20 en Canarias y seis en la península).

La secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, avanzó que el sector y el Gobierno analizarán hoy «problemas y posibles soluciones» a la situación y confirmó la cancelación de 46 vuelos. Según Fomento, en los próximos 15 días había previstos 525 vuelos de Thomas Cook.

Entre las comunidades autónomas más comprometidas se encuentran Canarias y Baleares. Se calcula que en Canarias hay entre 25.000 y 30.000 clientes afectados; y en Baleares, cerca de 15.000.

La compañía, que opera en 16 países y cuenta con 105 aviones y 200 complejos hoteleros, tenía previsto sellar esta semana un paquete de rescate con el conglomerado chino Fosun, estimado en 1.023 millones de euros, retrasado por las exigencias de los bancos.