Sucesión sin sorpresas. El BBVA ha confirmado este miércoles que su consejero delegado, Carlos Torres Vela, será el nuevo presidente de la entidad en lugar de su mentor, Francisco González. Este último ya había dejado claro el pasado febrero que su número dos era el principal candidato para ocupar su cargo y lo único no del todo esperado es que haya decidido no apurar los plazos. Los estatutos del banco le hubieran permitido seguir liderando la entidad el año que viene, en que cumplirá 75 años, pero ha optado por poner fin a 18 años como máximo dirigente el próximo 31 de diciembre.

González (Chantada, 1944) anunció su voluntad de dejar el puesto antes de cumplir los 75 en el 2016, pero había dudas porque la entidad ya retrasó antes dos veces la edad de jubilación de su presidente. Primero de 65 a 70 años, decisión que motivó la salida del entonces consejero delegado y hoy presidente de Bankia José Ignacio Goirigolzarri, y luego de 70 a 75, si bien es cierto que este tipo de prácticas están cada vez peor vistas en el mercado y son más difíciles desde que el Banco Central Europeo (BCE) asumió la supervisión de los grandes bancos de la zona euro. A principios de este año, el ejecutivo confirmó su intención de irse y apuntó claramente hacia Torres Vela, a quien aupó como número dos en el 2015 en sustitución de Ángel Cano: "Cualquier cosa que no vaya por ahí sería una sorpresa, empezando para mi".

Apuesta tecnológica

El todavía presidente cesó a Cano, entre otras razones, por el diferente ritmo que querían imprimir a la digitalización del banco, su principal obsesión como gestor, por su impacto en la rentabilidad. Torres Vela, en cambio, se ha mostrado mucho más alineado con González en ese aspecto. Precisamente, el BBVA ha asegurado en una nota que la "sucesión garantiza la continuidad en el proceso de transformación que ha puesto a BBVA a la vanguardia de la industria financiera global", así como que el futuro presidente es la "persona idónea para dar continuidad a la estrategia de transformación del grupo" y que su nombramiento como consejero delegado aceleró "notablemente" dicho proceso.

"El trabajo de Carlos estos últimos años es la mejor garantía de continuidad en la estrategia", ha afirmado González en una nota. "Gracias a la visión estratégica del presidente hace más de una década, hoy en día no hay proyecto empresarial más atractivo que el de BBVA y es un honor poder formar parte de él", ha asegurado Torres Vila en la misma. Durante el cuarto trimestre de este año, el ejecutivo y los órganos de gobierno del banco abordarán la elección del futuro consejero delegado, que lo más probable es que sea uno de los actuales ejecutivos de la entidad.

Perfil particular

El perfil profesional del futuro presidente del segundo banco español no es el típico de un banquero. Nacido en Salamanca en 1966 ("pero se siente gallego como sus padres", ha precisado el banco), la mayor parte de su carrera no la ha desarrollado en el sector financiero. Trabajó primero durante 12 años en la consultora McKinsey & Company y posteriormente en la eléctrica Endesa como director de estrategia y director financiero en la época de Manuel Pizarro, como González uno de los empresarios cercanos al PP de José María Aznar. Al BBVA llegó en el 2008 como director de estrategia y expansión corporativa, para pasar en el 2014 a liderar la banca digital.

González tampoco tiene el típico perfil bancario de larga trayectoria en el mundo financiero. El ejecutivo gallego comenzó su carrera como programador en una empresa informática en 1964, época de la que, según el BBVA, le "viene su clara apuesta por transformar la banca con el apoyo de las nuevas tecnologías". Posteriormente fundó la sociedad de valores FG Inversiones Bursátiles, que se convirtió en la primera firma bursátil independiente de España. En 1996, el recien nombrado vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, lo eligió para presidir y privatizar el banco público Argentaria, que posteriormente fusionaría con el BBV.