El economista jefe y miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), Peter Praet, ha asegurado este miércoles que los riesgos al crecimiento de la eurozona están "aumentando", aunque todavía no han impactado en los indicadores.

No obstante, Praet también ha asegurado que las tipos de interés permanecerán bajos por varios años, dado que la inflación no permitirá a la autoridad normalizar la política monetaria de forma rápida, incluso aunque la zona euro experimente su mayor crecimiento desde la crisis.

Tras haber usado gran parte de sus principales instrumentos, el BCE ha estado eliminando los estímulos de forma gradual y pretende finalizar sus compras de activos en diciembre.

"Los riesgos están aumentando, tengo que admitirlo", ha dicho Praet en una entrevista con 'Reuters'. "Pero hasta ahora no vemos ningún impacto en los datos reales. No estoy excesivamente preocupado", ha concluido.

En las dos semanas que han pasado desde la última reunión de política monetaria del BCE, EEUU ha anunciado nuevos aranceles sobre productos chinos, el riesgo de un 'Brexit duro' se ha incrementado y en Italia continúa el debate sobre sus presupuestos.

"En Italia hemos visto un gran contraste entre la comunicación, las palabras, y las acciones", ha añadido el economista jefe del BCE. "La información clave estará en el presupuesto, así que tenemos que ver esas cifras. La reforma de las pensiones es un elemento bastante importante", ha especificado.

Tras la comunicación del BCE de que no subiría los tipos de interés "hasta al menos durante el verano de 2019", los mercados estiman que el primer incremento tendrá lugar en octubre, seguido de un ritmo muy lento de aumentos, una proyección que Praet no ha negado.

"La previsión del mercado que vemos hoy en día en referencia a los tipos de interés es muy coherente con el objetivo que tenemos. Lo que significa que vamos a tener unos tipos de interés bajos durante un periodo de tiempo", ha subrayado el economista jefe del BCE.

Por otro lado, Praet restó importancia a los riesgos derivados del aumento de los tipos de interés en Estados Unidos, argumentando que la divergencia entre el BCE y la Reserva Federal ya ha ocurrido en otras ocasiones, dado que refleja condiciones económicas muy diferentes a ambos lados del Atlántico.