Los mercados financieros no han conseguido sacarle mucho rendimiento al primer trimestre del año. La inestabilidad geopolítica provocó descensos en las bolsas y, por consiguiente, en los productos financieros relacionados con la renta variable. Una segunda derivada de esa situación fue un descenso de la rentabilidad del conjunto de los fondos de inversión que gestiona la industria española en un 1% de media en el trimestre. Sin embargo, el volumen de estos productos de inversión aumentó en 10.467 millones de euros (1,8% más que a finales del año anterior), lo que situaron el total de fondos españoles y extranjeros comercializados por gestoras registradas en la CNMV en 585.429 millones de euros a finales de marzo del 2018.

Solo los fondos españoles han tenido un crecimiento de 7.000 millones, hasta los 262.847 millones. En el mismo periodo, el volumen de los fondos de pensiones, cuya contratación suele ser intensiva en el último trimestre del año, cayó en 1.000 millones de euros. A la falta de nuevas contrataciones se unieron las pérdidas de la renta variable.

Pese a ello, algo ha cambiado en la industria de los fondos en España para que en un trimestre de rentabilidades negativas (el rendimiento medio de la industria fue del -1%) el sector haya aumentado más de 10.000 millones su patrimonio. Probablemente el factor diferencial es la aceptación del riesgo por parte del inversor. «El ahorrador conoce ya los fondos y entiende que algunas opciones entrañan posibilidad de pérdidas. Además, desde las propias entidades se ha hecho pedagogía entre sus clientes para que entiendan los mecanismos de esa industria», afirma José Luis Manrique, jefe de estudios de Inverco, la patronal de las entidades de inversión en España.

El mayor conocimiento financiero es un factor, sin duda, pero ser consciente de la realidad por lo que se refiere al rendimiento de los depósitos es un argumento añadido que no admite comparación: el tipo de interés sintético de los depósitos en España ha pasado del 0,3% en el 2015, al 0,1% en el 2017. Con la evolución de la inflación, el rendimiento real es negativo. Por el contrario, es cierto que el rendimiento de los fondos en el primer trimestre fue negativo, pero solo en el mes de abril, cuando la calma volvió a los mercados, se ha recuperado todo lo perdido durante el trimestre anterior.

No es de extrañar, por tanto, la pérdida incesante de depósitos y cuentas a la vistas registrada en los últimos meses en el balance de los bancos. Solo en el último trimestre, el volumen de depósitos ha descendido en 30.161 millones de euros.