El grupo Caixabank elevó el beneficio el 74,7% en el primer trimestre del año, hasta los 704 millones de euros, gracias al aumento de los ingresos básicos del negocio bancario, la reducción de las dotaciones y los mayores ingresos de participadas, según los resultados hechos públicos ayer.

Las cuentas recogen también la incorporación del portugués BPI, que ha contribuido a los resultados con 40 millones, y la contención de costes, pues los gastos recurrentes crecieron el 5,4%, a menor ritmo que los ingresos básicos del negocio bancario, que son la suma del margen de intereses, las comisiones y el negocio de seguros, que alcanzaron los 2.008 millones, el 6,5% más.

Gonzalo Gortázar, consejero delegado, aseguró en la presentación de resultados en Valencia que las claves han sido «el desarrollo en digitalización, una actividad comercial potente en un entorno de bajos crecimientos, y una mejora de la rentabilidad importante».

Respecto de los efectos de la tensión soberanista en Cataluña dijo que no están haciendo ningún seguimiento de las ‘cuentas espejo’ que algunos clientes catalanes abrieron en oficinas de otras regiones porque lo asumen «con absoluta normalidad». «Hay una situación de normalidad desde hace meses y las cifras lo demuestran», constató. Los recursos de clientes totalizaban en marzo 351.420 millones, el 0,6% más.

Eso sí, no entró a valorar la posibilidad del regreso de la sede social a Barcelona. «Estamos muy a gusto y las sedes sociales no tienen plazo de vigencia», recordó.

Anunció también que trabajan ya en un nuevo plan estratégico para el trienio 2019-2021 y adelantó que no incluirá adquisición de otras entidades ni por parte de Caixabank ni del BPI. Preguntado por Bankia y por la previsión de que deje de estar en manos públicas fue tajante. «No hay nada sobre la mesa», sentenció.

También avanzó que no están previstos recortes de plantilla y habló de un «crecimiento eficiente» al explicar que trabajan en potenciar perfiles de asesoramiento dentro de su plantilla ante la paulatina automatización de algunas operaciones.

POLÍTICA HIPOTECARIA / Gortázar subrayó el esfuerzo de asesoramiento que realizan con los clientes que no son de rentas medias-altas o con un elevado patrimonio para que en cuestión de hipotecas «se endeuden a tipo fijo» y la firme decisión de no financiar más del 80% del inmueble, entre otras cosas, porque la morosidad de las de menos de ese porcentaje es del 2,2% frente al 14,7% de las que lo superan.

Apuntó que su previsión es que «las primeras subidas de tipos se produzcan a mitad del 2019 y que habrá una gradualidad» pero, sobre todo, advirtió que «hay una posibilidad razonable de que en un periodo de unos 30 años pueda haber picos en los que hayan subido muchísimo» y que se deben minimizar riesgos.

Gortázar explicó que la reciente citación de la entidad como imputado en un caso de posible blanqueo de capitales en Madrid es «un tema muy relevante» pero dijo que los delitos los habrían cometido «personas y sociedades de nacionalidad china». Eso sí, anunció que «como resultado de las distintas investigaciones, se procedió al despido de un empleado de una oficina».