El grupo PSA amenaza con dejar a Opel España sin su mejor activo, el Opel Corsa. El consorcio francés (Peugeot, Citröen y DS) demostró ayer que no le tiembla el pulso si la rentabilidad está en peligro y, a su juicio, la ruptura de las negociaciones del nuevo convenio en Figueruelas --con el que quiere reducir los costes salariales y aumentar la jornada laboral-- es un riesgo que no está dispuesto a asumir. Por ello, decidió ayer paralizar, «con efecto inmediato», todos los trabajos relacionados con el lanzamiento del nuevo Corsa, cuya fabricación estaba prevista para el último trimestre del 2019, e iniciar el estudio de un emplazamiento nuevo para este modelo. Así lo comunicó PSA a los representantes sindicales en una reunión «urgente» celebrada en Figueruelas y que sonó a ultimátum. O hay sacrificios o la fábrica se quedará en el chasis. Pero la seria advertencia de PSA no quedó ahí.

La compañía anunció que no optará a nuevas inversiones e iniciará el estudio para la integración de las dos líneas de montaje en una sola. El Gobierno de Aragón mantendrá hoy una reunión con dirección y sindicatos. Figueruelas fabricó, en el 2017, 382.000 unidades, de las que 210.000 fueron del Corsa.