Nuevo capítulo del enfrentamiento que desde hace años mantienen las sucesivas cúpulas del Banco de España con la única asociación de inspectores, que según la propia organización representa a cerca del 80% de los 302 miembros del colectivo pero que otras fuentes internas rebajan al 60%. En los últimos años, han protagonizado sonoros roces por la gestión en los años de bonanza, la salida a bolsa de Bankia, la supervisión europea, y la crisis del Popular. Y a ello se suma ahora un conflicto laboral.

Lo adelantó hace mes y medio el presidente de la asociación, Pedro Luis Sánchez Ruiz, en la comisión de investigación de la crisis en el Congreso. La dirección, acusó, utiliza de manera "absolutamente impropia" la Ley de Autonomía del Banco de España para incorporar trabajadores por procesimientos que no son "puramente" de oposición. "La plantilla que ha entrado por oposición vamos a acabar siendo una minoría. Resultamos especialmente incómodos", alertó.

La advertencia respondía a una convocatoria de principios de octubre para incorporar 45 inspectores y 21 especialistas en supervisión por un procedimiento con "algunas modificaciones" respecto a los anteriores. En un documento interno, la institución ha defendido este viernes el cambio.

Nuevas necesidades

Explica, así, que el sistema tradicional de captación de jóvenes sin experiencia pero con alto conocimiento técnico implicaba que tardarán cerca de dos años en incorporarse. Ello era "eficaz" cuando solo había que sustituir a quienes se jubilaban, pero no ahora que el Banco Central Europeo (responsable desde el 2014 de la supervisión de la gran banca) le ha reclamado al Banco de España que incorpore más profesionales, la última vez en marzo.

De ahí, argumenta, que el nuevo procedimiento busque acelerar la incorporación de los inspectores de 20 a 9 meses, reduciendo el periodo de formación. Para compensarlo, y una vez pasado el examen teórico (el 75% de la nota), se va a tener en cuenta méritos como la formación adicional a la mímina exigida, la experiencia profesional o el conocimiento de otros idiomas. Además, se ha elevado el nivel de inglés exigido, debido a la necesidad de trabajar con inspectores de otros países en los equipos conjuntoa del BCE.

Para los supervisores no inspectores, se seleccionará a profesionales con al menos cinco años de experiencia y un dominio "completo" del inglés, para que estén "operativos de forma inmediata". Los inspectores temen que estos procesos dejen más espacio a la discrecionalidad. Pero la dirección asegura que se actuará con "objetividad e imparcialidad" gracias al "escrupuloso baremo" de evaluación del tribunal examinador.