El Tribunal Supremo considera que el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, pese a que se suicidó el 19 de julio en una finca de Villanueva del Rey (Córdoba), sigue siendo responsable civil solidario del gasto que se produjo con las tarjetas black bajo su mandato, es decir, 9,3 millones de euros. Al no haber continuado sus herederos con el recurso de casación que interpuso con el resto de condenados por la Audiencia Nacional, el Supremo ha declarado la firmeza de esa sentencia. Ello significa que, pese a que la responsabilidad penal quedó extinguida con el fallecimiento, la civil sigue vigente.

La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional es la encargada de ejecutar la sentencia de las black, para lo que esperará a que haya adquirido firmeza una vez que sea revisada por el alto tribunal. Entonces comprobará los importes aportados por todos los condenados para cubrir la responsabilidad civil impuesta.

El propio Blesa, al igual que había hecho la inmensa mayoría de exconsejeros, procedió a aportar la cantidad que había gastado y que se le reclamaba. Él lo hizo la víspera de que comenzara la vista oral, en septiembre del año pasado. En caso de que lo consignado no cubra toda la responsabilidad civil impuesta, se procedería a la venta de bienes del banquero que estaban ya embargados y, si no fuera suficiente, serán sus herederos los que harán frente a la cantidad pendiente.

La sentencia de las black respecto a Blesa adquirió firmeza al no haber continuado sus herederos con el recurso de casación que él interpuso, pero aún siguen pendientes de resolución los presentados por el resto de condenados. El Tribunal Supremo aún no ha fijado ni siquiera fecha para proceder a las deliberaciones para revisar esa resolución.

El 23 de febrero, la Audiencia Nacional condenó a penas de entre tres meses y seis años de prisión a los 65 acusados del caso de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia, por un delito continuado de apropiación indebida entre el 2003 y el 2012. Gastaron 12,5 millones, y les reclamó que lo devolvieran con intereses.

Según la sentencia, Blesa, que fue condenado a seis años de prisión, es responsable de la parte que gastó con la tarjeta (436.688 euros), que ya consignó en una cuenta del FROB en Bankia al inicio del juicio, además de los gastos realizados por los consejeros que estaban a su cargo, lo que da lugar a la cifra de 9,3 millones de euros. De esa cantidad deberá detraerse la parte que corresponde a los consejeros de la entidad. La sentencia del Tribunal Supremo es firme.