La fusión de los dos últimos bancos nacionalizados, Bankia y BMN, va a engordar las pérdidas provisionales del rescate bancario en otros 1.109 millones de euros, si bien la cifra definitiva dependerá del precio de privatización del banco resultante. La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri anunció ayer que entregará nuevas acciones propias equivalentes al 6,7% de su capital a los accionistas del banco absorbido. Ello supone valorarlo en 825 millones, de los que 536 millones corresponden al Estado, menos de un tercio de los 1.645 millones en ayudas que le inyectó en el 2013.

El problema de fondo es que la situación de BMN es delicada: no puede salir a bolsa para devolver las ayudas por sus propias debilidades (baja rentabilidad y provisiones) y las condiciones del mercado. A Bankia, uno de las entidades más solventes y rentables del país, le interesa porque entra en nuevos mercados (Murcia, Baleares y Granada) y le consolida como cuarto banco del mercado español, por delante del Sabadell.

El ministro Luis de Guindos, exconsejero de BMN, se evita así un nuevo quebradero de cabeza tras la crisis del Popular. A cambio, el precio pactado provocará previsiblemente pérdidas contables al Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). El organismo tenía valorada su participación en BMN en 1.453,3 millones en el 2015. En unos días la revisará en sus cuentas del 2016, pero es improbable que la baje a los citados 536 millones, con lo que la factura provisional del rescate bancario subirá desde los 39.542 millones del 2015.

Bankia, así, ha valorado BMN en 0,41 veces su valor contable. El mercado esperaba un cálculo más cercano a 0,5 veces y la única «expresión de interés» que recibió el FROB en marzo (del Santander, según algunas fuentes), y que descartó para centrarse en la fusión, estimó provisionalmente un valor de 0,65 o 0,5 veces (1.300 o 1.061 millones, un 36% y un 22% más que el precio final pactado por las nacionalizadas).

Goirigolzarri defendió ayer que no se puede comparar aquella oferta preliminar con el precio de la fusión ya que la entidad que la presentó no estudió en profundidad los números de BMN. Además, argumentó que la unión no supone una «pérdida real» para el Estado, pues seguirá teniendo el 66,6% de la entidad resultante, similar a lo que poseía en los dos bancos: «El FROB ni pierde ni gana, solo cambia la fórmula jurídica de su inversión».

SINERGIAS / Como en otras ocasiones, también reiteró que no sería un «fracaso» no reintegrar todas las ayudas (22.424 millones de Bankia más los 1.645 millones de BMN), ya que ello depende de las condiciones del mercado, pero aseguró que la absorción eleva la «capacidad de devolverlas». Así, apuntó que la fusión permitirá una revalorización del banco mediante un ahorro de costes de 900 millones traídos a valor presente (frente a los 610 millones anunciados por el FROB para inclinarse por la fusión). De ellos, 600 millones corresponden al Estado. Sumados a los 536 millones en que se ha valorado su participación, suponen 1.136 millones, cantidad más elevada pero todavía inferior a las ayudas.