El dramático epílogo de Veneto Banca y Banca Popolare di Vicenza han evidenciado también el fracaso de Atlante, una especie de versión italiana del ‘banco malo’, creado por el Gobierno italiano en 2016 con el objetivo de ayudar a los bancos italianos en dificultad.

«El 80% de los recursos que el sistema ingresó en las dos agonizantes entidades no resolvió la situación, solo aplazó (su desplome)», escribió esta semana el rotativo económico ‘Il Sole 24 ore’.

Prueba de que Atlante será uno de los grandes perdedores lo refleja el hecho de que en la actualidad este fondo controla el 99,3% de BpVi y el 97,6% de Veneto Banca. Bancos en los que Atlante inyectó alrededor de 3.400 millones de euros, en el intento de evitar la quiebra. Un dinero que muchos dudan que se recupere.