El Deutsche Bank ha empezado el 2017 como terminó el 2016, afrontando su enésimo escándalo. Ayer se dio a conocer que el gigante bancario alemán ha llegado a un acuerdo con las autoridades de regulación financiera estadounidense y británica para pagar una multa de 588 millones de euros por haber permitido, entre el 2011 y el 2015, el uso de sus servicios para blanquear hasta 9.343 millones de euros de procedencia rusa.

Según el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York, durante los últimos años el Deutsche Bank incurrió en «extensos fallos» en el cumplimiento de sus obligaciones para detectar esas malas praxis realizadas por clientes suyos. Estos utilizaron cuentas en el banco alemán para realizar operaciones de blanqueo de rublos rusos en sus sucursales en Moscú, Nueva York y Londres.

«La cantidad de la multa muestra la seriedad de los defectos del Deutsche Bank», remarcó Mark Steward, responsable de la autoridad británica implicada en el caso. La responsable de DFS, María Vullo, criticó que el banco se mantuviese en silencio mientras otras instituciones financieras denunciaban informaciones contradictorias sobre uno de los clientes afectados.