Con la reputación del sector por los suelos, la presidenta del Santander, Ana Botín, admitió ayer que la banca debe «adaptarse» a una sociedad que «ha cambiado», adoptando «comportamientos igual distintos» a los que estaba acostumbrada. Sin embargo, rechazó hacer autocrítica como representante del sistema financiero y evitó lamentar que el resto de entidades comercializasen las polémicas cláusulas suelo hipotecarias, pese a que su grupo fue de los pocos que no lo hizo.

Los bancos, defendió, no han recibido ayudas, aportaron 20.000 millones para rescatar las cajas y han reestructurado hipotecas para facilitar el pago (100.000, en su caso). El mercado hipotecario ha funcionado «muy bien», pues ha permitido que el 83% de los españoles posean una casa y que los tipos medios sean un punto inferiores que en la zona euro. «Es importante que siga funcionando igual de bien. Transparencia y seguridad jurídica es clave para ello», advirtió en referencia a la reforma del Gobierno.

La ejecutiva aseguró, en relación a la formación del Ejecutivo, que España está en una «posición privilegiada» y «va por el buen camino». El año pasado, tras las primeras elecciones generales, advirtió que los inversores estaban dejando de llamar para interesarse por el país. Pero la situación ha cambiado: «Es un país atractivo para invertir que crea puestos de trabajo».

UN AÑO «COMPLICADO» / El Santander ganó 6.204 millones de euros en un «complicado» 2016, un 4% más, su mejor resultado desde el 2010, gracias a las menores provisiones para afrontar pérdidas y los inferiores resultados extraordinarios negativos, que compensaron la caída de los márgenes por el negativo tipo de cambio de sus mercados principales y los mayores impuestos por el Reino Unido y Polonia. La bolsa lo premió con una subida del 4,03% de la acción y los recursos de clientes subieron el 2,5%. En España, ganó 903 millones, el 24% más, gracias a las menores provisiones y pérdidas inmobiliarias, con una caída del crédito del 1,5% y un alza de los recursos del 1,3%.