El diálogo social
CCOO y UGT responden a las líneas rojas de Rajoy con movilizaciones
El nuevo Ejecutivo reclama «espacio para el diálogo» antes de que se acuda a protestas. Los sindicatos mayoritarios convocan una gran manifestación contra el Gobierno el 18 de diciembre

CCOO y UGT responden a las líneas rojas de Rajoy con movilizaciones
MADRID
La pretendida reapertura del diálogo social no ha podido empezar peor. El jueves, Mariano Rajoy impuso dos líneas rojas a empresarios y sindicatos: no incumplir el déficit público y no derogar la reforma laboral. Y ayer los sindicatos UGT y CCOO respondieron con la convocatoria de lo que pretende ser una gran manifestación contra el Gobierno, el 18 de diciembre.
Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Pepe Álvarez, anunciaron ayer concentraciones ante las delegaciones del Gobierno de todas las capitales de comunidades autónomas para el 15 de diciembre y una gran manifestación sindical y social el domingo 18 de diciembre en Madrid tras las limitaciones al diálogo social impuestas por Rajoy.
Con tales líneas rojas, los sindicatos no ven espacio «para solucionar los problemas de desempleo, pobreza y pensiones que tiene la sociedad española», dijo ayer Toxo en Zaragoza. «Es el momento de restablecer salarios, recuperar derechos y libertades y recuperar la dignidad en el trabajo en cuanto a la contratación y los derechos laborales y sociales», afirmó Álvarez en Asturias.
Las demandas más inminentes de los sindicatos tienen que ver con una importante subida del salario mínimo interprofesional (SMI) en el 2017 (desde 655 euros a 800) y con una revalorización de las pensiones por encima del mínimo del 0,25% que planea el Gobierno.
APOYO DE PSOE Y PODEMOS / Los líderes sindicales han pedido el apoyo de organizaciones sociales y de los partidos políticos de izquierda «para tomar las calles», y estos no han tardado en reaccionar. El portavoz de Empleo del Grupo Socialista, Rafael Simancas, dijo ayer que entiende perfectamente «la frustración y la decepción» de los representantes sindicales antes la negativa de Rajoy a «rectificar» las políticas que, a su juicio, han provocado «mayores niveles de precariedad y de pobreza laboral».
El portavoz de Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón, confirmó que su partido apoyará las movilizaciones: «Que sepan que cuentan con nuestro apoyo y les acompañaremos, no solo en la calle, sino también en nuestro trabajo en las instituciones, demostrando que las cosas se pueden hacer de otra forma2.
El portavoz de Gobierno, el ministro Íñigo Méndez de Vigo, reclamó ayer «espacio para el diálogo» y consideró que, aunque respeta la convocatoria de movilizaciones, debe ser un «instrumento de última instancia». Según el ministro, «en estos momentos hay una mano tendida por parte del Gobierno» así como «voluntad y ganas», por lo que consideró que «es mejor esperar y ver qué dan las conversaciones y el dialogo antes de utilizar ese tipo de medidas».
Si en algún momento el Gobierno pensó que el diálogo social podría servir para lograr fuera del Congreso de los Diputados acuerdos imposibles dentro de un parlamento fragmentado, ya tiene ya tiene una respuesta. «Queremos negociar, queremos acordar, queremos buscar soluciones, pero nos parece fundamental la participación de la ciudadanía desde la movilización social para mover las voluntades del Gobierno y de otros actores económicos», dijo Toxo.
«El Gobierno debe negociar un nuevo contrato social para restituir los derechos sociales y laborales en el marco del diálogo social. Ahora bien, sin lucha, no hay derechos y en esta legislatura nos vamos a tener que acostumbrar al binomio negociación-movilización», apuntó en la misma dirección Álvarez. «Ésta debe ser la legislatura de las contrarreformas y aunque es el momento de recomponer el diálogo no vamos a sentarnos para negociar recortes en los Presupuestos Generales del Estado», advirtió.
Ya el jueves, los líderes sindicales anunciaron posibles movilizaciones tras su reunión con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, y los presidentes de las patronales CEOE, Juan Rosell, y Cepyme, Antonio Garamendi en el mismo Palacio de La Moncloa.
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