El 'brexit' y la inestabilidad en Turquía amenazan a un crecimiento económico mundial que es débil. Por ello los países del Grupo de los 20 más industrializados del mundo (G-20), reunidos en la ciudad china de Chendu, debaten medidas para paliar los efectos de estos fenómenos en la recuperación y salida definitiva de la crisis durante un encuentro de dos días.

"Nos quedan años enteros para poder normalizar el resultado del 'brexit¿¿", ha admitido el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, antes de comenzar las sesiones. Uno de los mensajes de este selecto club, al que se suma el Fondo Monetario Internacional (FMI) consiste en estimular el gasto público de los países para relanzar el crecimiento. Pero no parece ser una medida que compartan todos los países.

El secretario del Tesoro de EEUU, Jack Lew, ha advertido de que el mundo se encuentra en "un periodo de incertidumbre persistente por las perspectivas económicas". Los riesgos, como aseguran las últimas previsiones de organismos internacionales, como el FMI, se han incrementado.

El organismo ha rebajado las previsiones de crecimiento al 3,1% para este año y al 3,4% para el próximo. El FMI considera que "los riesgos se han convertido en más preeminentes".

El gran objetivo de los ministros de Finanzas del G-20 es hallar una postura común para que el 'brexit' y la inestabilidad en Turquía no perjudiquen a la economía mundial. Transcurrido un mes desde elreferéndum en el Reino Unido, el mundo económico sale poco a poco del 'shock'.

"Debemos afrontarlo de la mejor forma posible, y sin cuestionar la decisión del pueblo británico una vez ha sido recibida", según Gurría.

POSTURA SOBRE TURQUÍA

Otro país del G-20 que ha generado dudas en la comunidad internacional y en los mercados, Turquía, está también en las conversaciones. El comunicado final de este domingo podría incluir, de hecho, un epígrafe abogando por una Turquía estable, aunque será difícil que haya una clara condena a la asonada militar del 15 de julio.

Buena parte de las reuniones son a puerta cerrada, con excepción de un foro sobre políticas impositivas previo a la reunión ministerial en el que ha participado la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, un día después de que se conociera de que será juzgada en Francia.

En cuanto a las políticas impositivas, Lagarde afirma que "tienen que estar bien orientadas, centrarse en la investigación y el desarrollo (I+D), la transferencia tecnológica y la innovación empresarial".

Lagarde ha alertado a su vez de que los movimientos de capitales de algunas empresas tecnológicas han generado "una aceleración y un empeoramiento de las desigualdades".

Los responsables de Finanzas del G20 están reunidos en un moderno distrito de Chengdu, una de las principales ciudades del interior de China pero casi desconocida en el panorama global, que con este encuentro, el más importante de su historia en materia internacional, espera atraer turistas e inversores.

La ciudad, que ha blindado la zona de las reuniones con cientos de policías y aplica muy estrictas medidas de identificación a los reporteros que cubren las reuniones, busca ser algo más que la puerta de entrada a los bosques de montaña que hay en la provincia de la que es capital, hábitat natural de sus famosos osos panda.