Peluquerías, cafés, bares, electricistas, fontaneros o despachos de farmacia constituidos como sociedades civiles inician el 2016 con un cambio fiscal que les obliga a tributar por el impuesto de sociedades o disolverse. Esta medida, incluida en la reforma de la ley del impuesto de sociedades, afecta a este tipo de figuras societarias con objeto mercantil.

El cambio ha removido los cimientos de una figura societaria muy extendida en los pequeños negocios y utilizada para evitar los mayores gastos y papeleos de sociedades mercantiles. Muchas asesorías fiscales llevan semanas buscando soluciones para los afectados.

Los socios de este tipo de sociedades sujetas al Código Civil en vez de a la ley de sociedades de capital tributan hasta ahora por atribución de rentas, es decir, cada partícipe paga el IRPF según la proporción de los beneficios que le corresponde. Con el cambio, la sociedad como tal tributa por el beneficio y los socios pagan el IRPF por la nómina que se asignen.

La ley establece un periodo de seis meses, hasta el 30 de junio del 2016, para que los negocios afectados disuelvan la sociedad civil, en el caso de que lo crean oportuno, y opten por otras figuras, que van desde la persona física (IRPF) hasta la sociedad limitada o la sociedad anónima.