Su primer ejercicio completo fue el del 2014, pero las sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria (socimi) son ya responsables de una cuarta parte de las operaciones de inversión que se realizan en el mercado español. Entre el 2014 y el 2015, han realizado inversiones por valor de 3.240 millones de euros, frente a los cerca de 12.000 millones invertidos en ese periodo en el sector inmobiliario por diferentes agentes, según las estimaciones que realiza la consultora inmobiliaria CBRE.

Algunas de las socimis ya han alcanzado el tamaño de las primeras inmobiliarias del país, con activos equivalentes a los de Colonial, que con 5.757 millones de euros es la mayor empresa del ladrillo en España, aunque dedicada a la inversión patrimonial (oficinas).

Se trata de la versión española de la figura internacional conocida como REIT (real estate investment trust) y, a grandes rasgos, deben invertir al menos el 80% de sus activos en inmuebles urbanos para el alquiler. Tienen la obligación de repartir dividendos del 90% de las rentas derivadas del arrendamiento y el 50% del beneficio que reciban de transmisiones.