Janet o el optimismo

PABLO Allendesalazar

El filósofo y científico alemán Gottfried Wilhelm Leibniz consideraba que vivimos en el mejor de los mundos posibles, en el óptimo, y de ahí viene la palabra optimismo. Pero al francés François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, aquello le parecía un sinsentido y en su obra Cándido o el optimismo creó el concepto opuesto del pesimismo, que es un "sistema filosófico que consiste en atribuir al universo la mayor imperfección posible" y, en términos más comunes y generales, la "propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable".

Son dos polos entre los que se sitúa un abanico de grises. No sabemos en qué lugar del mismo se colocaría a sí misma Janet Yellen, presidenta de la FED. Pero sí la interpretación que de su visión sobre la economía global han sacado los inversores: la ven claramente pesimista.

La decisión del banco central estadounidense de no elevar los tipos de interés en septiembre, como hace unos meses daban por sentado y temían los inversores, podría haber parecido en un principio una buena noticia, pues el dinero seguirá siendo barato. Sin embargo, la causa (la debilidad de la economía global por los problemas de China y los emergentes) subrayada por Yellen al cierre de las bolsas europeas el jueves sembró ayer los mercados de temor y ventas.

El Ibex 35, así, cayó el 2,57%, a los 9.847,20 puntos, con lo que las ganancias acumuladas en la semana quedaron reducidas al 1,12%.

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