El tono del análisis que presentó ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre las perspectivas de recuperación de la economía mundial no era precisamente optimista. El organismo con sede en París revisó a la baja sus previsiones de crecimiento para este año situándolo en el 3%, una décima menos que en su anterior estimación. De cumplirse este pronóstico, se encadenarían cinco años consecutivos de crecimiento renqueante. Uno de los motivos de preocupación expresados por el organismo en un informe que lleva el inquietante título de Enigmas e incertidumbres es la ralentización de las economías emergentes, en especial China y Brasil.

Otro de los enigmas mencionados por la economista jefe de la institución, Catherine Mann, es por qué la zona euro no crece al ritmo esperado, a pesar de tener el viento a favor de las políticas del Banco Central Europeo (BCE), bajos tipos de interés, la depreciación del euro y el descenso del precio del petróleo. Según sus cálculos, todos estos factores podrían aportar un punto porcentual al crecimiento. Pero no es así. El nivel aún elevado de la deuda privada, que impide una clara recuperación del crédito dejará el PIB de la eurozona este año en un 1,6%, aunque llegará hasta el 1,9% en el 2016. No obstante, el comportamiento difiere mucho en las grandes economías de la eurozona. Alemania crecerá un 1,6% este año y un 2% el que viene, mientras que Francia se quedará en un 1% y un 1,4%, respectivamente. Italia, por su parte, tendrá un PIB del 0,7% en el 2015 y del 1,3% en el 2016.

"Es como un estudiante que sabes que podría haber hecho mejor el examen", ilustró la experta. En este contexto menos entusiasta de lo esperado, la OCDE considera que la "complaciente" política monetaria del BCE debería mantenerse hasta que la inflación se encamine de manera clara hacia el objetivo oficial cercano al 2%. Asimismo, aconsejó avanzar hacia la unión bancaria para evitar la fragmentación del mercado crediticio.

De momento, la economía que mejor se comporta es la norteamericana. Estados Unidos crecerá un 2,4% este año y un 2,6% en 2016. No obstante, la OCDE también lanzó un mensaje para ser escuchado al otro lado del Atlántico.

En vísperas de la reunión de la Reserva Federal norteamericana, la Fed, que podría anunciar una subida de tipos provocando "turbulencias negativas" en los países emergentes, Mann reclamó una mejor coordinación con el resto de organismos. "Más que la fecha, es el ritmo de la subida de tipos lo que importa", argumentó.