Nuevas estrategias de negocio

La gran distribución quiere más libertad para competir con internet

Las mayores empresas de consumo piden al Gobierno que no restrinja horarios y licencias . En el 2014 las ventas se recuperaron el 1,6% tras siete años de crisis y se crearon 6.200 empleos

MERCEDES JANSA

La caza del consumidor se ha hecho patente con los primeros síntomas de recuperación económica y el empuje de los nuevos sistemas de compra on line . Ante una mayor amplitud de la oferta que escapa a su control, las grandes empresas de distribución quieren menos cortapisas ante la amenaza de internet, la gran tienda abierta las 24 horas del día. Liberalización total de horarios comerciales, supresión de las trabas a la concesión de licencias de apertura, menor presión fiscal y una unidad de mercado son las conocidas peticiones del sector, agrupado en la asociación de grandes empresas de distribución (Anged), que ahora han reactivado ante la proximidad de las elecciones generales y ante las intenciones restrictivas que han expresado algunos ayuntamientos y autonomías.

La asociación, que agrupa a firmas como El Corte Inglés, IKEA, Worten, Leroy Merlín, Media Markt o Carrefour, exhibe su cuenta de resultados para presionar.

En el 2014, las ventas repuntaron el 1,6%, con una facturación de 37.811 millones de euros, y en lo que va de año el crecimiento acumulado de la actividad alcanza el 3%. Asimismo, se crearon 6.200 puestos de trabajo, los mismos que se prevé para el 2015, y sus 5.900 empresas emplean a un total de 222.619 personas, el 64% de las cuales eran mujeres.

La gran distribución no combate el comercio en la red pero reclama igualdad de oportunidades porque, como señaló ayer Alfonso Merry del Val, presidente de Anged, las reglas son totalmente diferentes en materia fiscal, laboral y regulatoria.

DIGITAL Y FISICO "En siete años más puede que tengamos que estar preparados para vender directamente a la nevera", expuso gráficamente Merry del Val para definir la rápida evolución de un sector en el que los distribuidores están obligados a ser "muy buenos digital y físicamente".

La amenaza de internet es clara: la china Alibaba, sin una tienda física y sin mercancía almacenada, ha sustituido al distribuidor más grande del mundo, la norteamericana Wall Mart; Airbnb ofrece más número de camas que toda la cadena Hilton, sin que ninguna sea de su propiedad. Por tanto, no se pueden poner puertas al campo y restringir la actividad a los que son visibles y tangibles.

La crisis ha elevado el nivel de exigencia de los consumidores que buscan "servicio, eficacia, garantía y precio" tanto on como off line , y ante este nuevo mercado no se pueden adoptar medidas proteccionistas, según las grandes distribuidoras.

"¿Acaso van a prohibir a un consumidor comprar el domingo en Amazon porque todas las tiendas de su calle están cerradas por ley?", manifestó Merry del Val, que tachó de "pretencioso" querer frenar estos cambios.

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