"No hay nada como volver a un lugar que permanece sin cambios para descubrir cómo has cambiado tú", dijo en una ocasión Nelson Mandela. Sabía bien de qué hablaba después de pasar 27 años en la cárcel. Volver a la normalidad supone en ocasiones una difícil transición.

Jornadas como la vivida ayer en los mercados se suelen tildar, precisamente, de constituir una sesión de transición, es decir, de incluir la "acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto". Lo que no está claro es a que otro modo de estar nos dirigimos. Habrá que esperar a ver qué sucede cuando se disipen los vientos positivos provocados por el acuerdo entre Grecia y sus socios del euro.

De momento, los expertos atisban una tendencia alcista impulsada por la mejora económica global. Pero los resultados empresariales del primer semestre que se están dando a conocer a ambos lados del Atlántico están defraudando por el momento: los beneficios crecen gracias a los resultados extraordinarios pero no así los ingresos, que son los que reflejan realmente la evolución de la actividad. Ante este panorama, los inversores optaron durante buena parte de la sesión de ayer por vender para embolsarse las plusvalías latentes. Sin embargo, en la última parte de la jornada volvieron las compras, al menos en la bolsa española.

El Ibex 35, así, subió el 0,22%, hasta los 11.484,30 puntos, con la prima de riesgo en 124 puntos básicos.