El presidente de CaixaBank, Isidro Fainé, aseguró ayer durante la junta general de accionistas que la entidad repartirá este año un dividendo de, como mínimo 900 millones de euros. El objetivo, según el primer ejecutivo de la entidad financiera, es que el reparto del beneficio en el 2016 se realice completamente en efectivo.

CaixaBank venía retribuyendo a los accionistas con cinco céntimos por acción en cada uno de los cuatro dividendos del año, pero en el 2014, y por la ampliación progresiva de la base accionarial, la entidad decidió retribuir cada título con cuatro céntimos, lo que afecta a los dos últimos pagos de dividendo del 2014 --el último será en junio--- y a los del 2015.

Por otro lado, la junta aprobó por mayoría un plan de retribución variable a largo plazo en acciones para el equipo directivo y empleados clave que estima en un máximo de 80 personas y que va ligado a objetivos de rentabilidad. Diversas organizaciones sindicales y algunos pequeños accionistas votaron contra este plan, que va ligado al plan estratégico 2015í2018, por lo que su duración es la de estos cuatro años.

CaixaBank presentó también sus resultados del primer trimestre, en los que ya reflejó la integración de Barclays España. El banco ganó 375 millones, un 99,1% más. El margen de intereses, que es el que recoge la evolución del negocio bancario, aumentó un 14,6%, hasta sumar 1.138 millones de euros. El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, se mostró abierto a que la red de oficinas pueda incrementar en algunas zonas los horarios por la tarde de forma pactada para dar mejor servicios a los clientes.

Gortázar también salió al paso de los rumores de desinversión de la participación del banco en Repsol y afirmó que "no hay nada sobre la mesa", como tampoco quiso comentar la posibilidad de que La Caixa saque a bolsa Criteria, como avanzó Fainé en una entrevista con el Financial Times.

Respecto a la oferta de CaixaBank sobre el Banco Portugués de Inversiones (BPI), el ejecutivo avanzó que una vez se publique el folleto de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) se convocará una junta general extraordinaria para votar la oferta antes del verano.