Cuando está a punto de finalizar el primer trimestre del año, el diálogo social parece haber perdido el pulso y entrado en zona de riesgo. Tras meses de negociación, los sindicatos CCOO y UGT empiezan a dudar de que las patronales CEOE y Cepyme tengan voluntad de llegar a un pacto que marque la negociación colectiva en las empresas y los sectores en los próximos años.

En el encuentro al máximo nivel que mantuvieron ayer los dirigentes de estas organizaciones se constató que no hay aproximación alguna en las líneas trazadas ya a comienzos de año. Los sindicatos no renuncian a pedir un incremento de salarios por encima del 1%, con un límite de 1,5% (si el PIB crecía por encima del 2%), para que los asalariados se beneficien de la recuperación de la economía. Por esta razón defienden que el acuerdo tenga al menos una duración de dos años, este y el 2016. Y también dan la batalla para que se aplique la sentencia del Tribunal Supremo que reconoce la ultractividad de los convenios, el período que están vigentes una vez que han caducado y mientras se negocia uno nuevo.

Los empresarios, por el contrario, mantienen una horquilla salarial de entre el 0,6 y el 0,9%, han dado marcha a tras en la ultractividad que habían reconocido y quieren que el acuerdo sea solo por este año (comenzó teniendo una duración de tres año). Consideran que es difícil prever la evolución de los elementos que marcan los costes, desde los tipos de interés hasta el precio del petróleo o la marcha de los precios de productos de consumo.

Ante posiciones tan alejadas y estáticas desde hace tiempo, los líderes sindicales y sus negociadores empezaron a pensar la semana pasada en la posibilidad de que no haya ningún tipo de acuerdo. No quieren prolongar la agonía y reconocen que la pelea se desarrollará ahora en los centros de trabajo.

Para salir de la parálisis, la CEOE se comprometió ayer a enviar en el plazo de 48 horas a las centrales sindicales una propuesta de revisión salarial para los próximos años y otros aspectos que debería figurar en el acuerdo.

En el encuentro de ayer se constató las dificultades para fijar una fecha concreta para la firma del pacto pese a que el actual ya ha caducado.