Los líderes de las 20 principales economías desarrolladas y emergentes del mundo (G-20), finalizaron ayer su novena cumbre, en la ciudad australiana de Brisbane, con la satisfacción de haber firmado un plan de acción con casi un millar de medidas, 800 de las cuales son nuevas respecto a anteriores cumbres.

Según los cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la organización de países desarrollados OCDE, la plena adopción de las medidas acordadas en Brisbane permitiría en estos países un crecimiento adicional de su PIB del 2,1% hasta 2018, así como la creación de "millones" de nuevos puestos de trabajo. "Ahora, la aplicación de estas medidas es crucial", dijo Christine Lagarde, directora del FMI, el organismo que vigilará su cumplimiento. Afectan a inversión, empleo, comercio y competencia, sobre todo.

La principal novedad reside en el desarrollo de una Iniciativa Global de Infraestructuras (GII) que, según el primer ministro de Australia, Tony Abbott, debe servir para encauzar la necesidad de inversión necesaria hasta el 2030 en todo el mundo, que se estima en unos 70 billones de dólares (unos 56 billones de euros). Para ello, el G-20 ha acordado crear lo que se ha denominado como un Hub Global de Infraestructuras, una especie de foro mundial que tendrá su sede en Sidney (Australia) cuyo principal cometido será impulsar proyectos, compartir conocimiento, implicar al sector privado y buscar vías de financiación en bancos de desarrollo como el Banco Mundial, que ya se ha comprometido con el proyecto. Según Abbott, el Hub podría ayudar incrementar en 2 billones de dólares (1,6 billones de euros) la inversión en infraestructuras globales el 2030.

El presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, valoró que este foro conecta con el plan de inversión por 300.000 millones de euros que se prevé lanzar en la UE antes de finalizar este año. En el ámbito del empleo, el G-20 se ha fijado como objetivo reducir la brecha de participación en el trabajo entre hombres y mujeres en un 25% en 2025 lo que supondría a la incorporación de 100 millones de mujeres al mercado laboral .

Seis años después del estallido de la crisis financiera mundial y del primer G20 (en el 2008), el comunicado final de Brisbane relega ahora a un segundo plano los retos del sector. "Los bancos ahora están mejor capitalizados, los mercados de derivados son seguros y los contribuyentes están mejor protegidos frente a la posible quiebra de grandes bancos. Hemos reducido los riesgos de la banca en la sombra", dijo Abbott. "Nuestro objetivo ahora es implementar lo acordado mientras permanecen las alertas ante los nuevos riesgos que puedan surgir", añadió.

El Foro de Estabilidad Financiera (FSB) ha lanzado una propuesta para una mayor recapitalización de las entidades catalogadas como demasiado grandes para caer que debe ser concretada a principios del 2015. El G-20 renueva su compromiso con los trabajos de la OCDE para lograr que las multinacionales tributen en los países donde obtienen sus beneficios (proyecto BEPS) y promover el intercambio automático de información fiscal entre países.

El plan bianual de trabajo de la OCDE debe dar sus frutos a finales del 2015, y sus resultados deberán evaluarse en la próxima cumbre del G-20, en Turquía. "Estamos comprometidos a finalizar este trabajo en el 2015, incluyendo la transparencia sobre los aceuros específicos con contribuyentes, consideradas como prácticas nocivas". Esta alusión hace referencia a los acuerdos secretos entre gobiernos y multinacionales que están detrás del escándalo conocido como Luxleaks , que atañe al actual presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker.