El constructor y expresidente del FC Barcelona, Josep Lluís Núñez Clemente, ingresó ayer en prisión para cumplir su condena de dos años y dos meses por su implicación en uno de los mayores casos de corrupción de Cataluña, como había ordenado la Audiencia de Barcelona, ya que desestimó el último recurso para eludir la condena. Lo hizo acompañado de su hijo, Josep Lluís Núñez Navarro, también condenado por su implicación en la trama empresarial que sobornó a inspectores de Hacienda para que hicieran la vista gorda en sus inspecciones.

Núñez padre (83 años) e hijo (55 años) entraron en la prisión de Cuatro Caminos cuando quedaban pocos minutos para las siete de la tarde. El constructor acudió al centro penitenciaro en un todoterreno, junto con su hijo y su abogado Cristóbal Martell, quien es también el defensor de la familia Pujol y del exalcalde de Sabadell, Manuel Bustos, entre otros.

La prisión elegida dispone de un departamento especial para personas mayores o que requieran de una protección especial. Una vez formalizado el ingreso en prisión, es posible que Servicios Penitenciarios considere la avanzada edad de Núñez Clemente y el tipo de delito cometido (económico), así como el hecho de que no tenga que pagar indemnización alguna, para otorgarle un tercer grado penitenciario, lo que significaría que el expresidente del Barça solo tendría que ir a la cárcel para dormir.