Que bajen los tipos de interés de la deuda pública es una buena noticia para los contribuyentes, pues el Estado ahorrará dinero. Pero es una mala noticia para los inversores, ya que tendrán una menor remuneración por sus ahorros.

Esta lógica de los mercados financieros se retuerce, sin embargo, cuando los tipos de interés se vuelven negativos. Entonces, es el inversor quien llega a pagar dinero al Estado a cambio de tener su dinero a buen refugio.

Esto, que ha empezado a suceder esta misma semana en el mercado secundario español de deuda, amenaza con reprimir a los inversores particulares. Un ahorrador que dé la orden a su banco de invertir una cantidad en letras del Tesoro podría encontrarse con la desagradable sorpresa de que no solo no va a recibir una remuneración por su inversión, sino que va a tener que pagar por ello.

Para evitarlo, la Secretaría General del Tesoro, dependiente del Ministerio de Economía, publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una resolución en la que revisa el procedimiento de adjudicación de las letras para proteger al pequeño inversor ante la posibilidad de que en las subastas de deuda se obtengan rentabilidades negativas.

Así y para "velar por los intereses" de los suscriptores de deuda pública --según el comunicado emitido por el Ministerio de Economía-- el Tesoro ha establecido que, a partir de ahora, las peticiones no competitivas de letras formuladas por los inversores (aquellas en las que el comprador declara la cantidad que quiere adquirir, pero no la rentabilidad mínima que espera) se darán por no presentadas si el tipo de interés medio resultante de la subasta resulta negativo. R. M. SANCHEZ