Por el efecto manada o porque realmente la política geoestratégica esta vez sí que puede marcar tendencia en los mercados de renta variable globales, el caso es que al cierre de los mercados europeos ayer por la tarde y su continuidad en los del continente norteamericano, dejaban constancia de que la crisis de Ucrania les hacía mella. Ya se sabe que en viernes todo se relaja y los analistas titulares dejan los mensajes habituales de prevención ante lo que pueda cotizar la semana siguiente.

Pero lo que ayer llamaba la atención era la reiteración de la misma palabra en los titulares: lo que está ocurriendo en Ucrania empieza a pesar más de lo que se reconoce en los movimientos de capitales especulativos. Según cómo se muevan este fin de semana las diplomacias con más solera desde la guerra fría, estrenaremos el mes de mayo con más o menos tranquilidad en los mercados de capitales. Si la tendencia de fondo es la que marca su rumbo, al margen de los sobresaltos geoestratégicos, la semana que se cerró ayer dejaba claro que los inversores van perdiendo su fe en la recuperación de la UE, que sigue lenta y cercana al desplome. La media de las plazas europeas cerró con un verde pálido en el promedio de sus índices, a la espera de que los grandes datos de crecimiento macroeconómico que se conocerán la semana próxima no turben tantas sesiones anodinas.

En el mercado español, el Ibex-35 registró ayer un retroceso del 1,49%, aunque en el promedio semanal aún consignó un avance del 0,13%. El índice reposó en los 10.306 puntos.