El final del conflicto por la expropiación de YPF a Repsol en abril del año pasado tiene las horas contadas. El consejo de administración de la petrolera, que se celebra hoy, tiene "presdisposición positiva" a avalar el preacuerdo alcanzado el lunes por los gobiernos de Argentina, España y México para zanjar la cuestión, según fuentes próximas a la compañía. La clave son 3.700 millones de euros en bonos soberanos que Buenos Aires pretende aportar como compensación y que la empresa analiza. "Se estudia la letra pequeña y la liquidez" de los títulos, afirmaron las mismas fuentes.

El pacto se fraguó tras un viaje a California del ministro de Industria, José Manuel Soria, con una propuesta de acuerdo bajo el brazo diseñada por el presidente de la petrolera española, Antoni Brufau, y que entregó a su homólogo mexicano. La petrolera pública de ese país, Pemex, es accionista de referencia de Repsol, y mantiene desde hace meses una dura pugna con Brufau.

En el aval al preacuerdo estuvo el presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, que representa al primera accionista de la petrolera española. El acuerdo no es el que le hubiera gustado a La Caixa, pero es el mejor de los posibles, explican fuentes cercanas a la entidad. La única manera de alcanzarlo era sentarse a negociar con el Gobierno argentino, sin la participación de Brufau, enfrentado a la presidenta Cristina Férnandez de Kirchner.

Fuentes cercanas a la negociación destacan el papel que ha tenido el Gobierno español y, en especial, el de Rajoy. La operación responde a dos preocupaciones del Ejecutivo: blindar a la petrolera española, muy debilitada tras la expropiación sufrida en YPF en Argentina y con fuertes fricciones en el consejo de administración. A ello se suma la debilidad de uno de sus accionistas principales, Sacyr. En este contexto, la petrolera estaba expuesta a cualquier opa hostil.

Pasa a la página siguiente