El índice selectivo S&P 500 de Nueva York, que agrupa a las 500 compañías con mayor capitalización bursátil de Wall Street, consiguió este jueves un nuevo máximo. Mientras la palabra crisis sigue siendo la más utilizada en buena parte de los países desarrollados, en el planeta bursátil que rodea a la Bolsa de Nueva York los inversores se frotan las manos. Este jueves, el indicador cerró en los 1.570 puntos, por encima del récord que alcanzó antes de estallar la pasada crisis.

El S&P 500, que agrupa a medio millar de las mayores empresas cotizadas de Estados Unidos y es el índice predilecto de los analistas neoyorquinos, subió el 0,41% o 6,34 puntos, para cerrar en las 1.569,19 unidades, el nivel más elevado de sus 56 años de historia. El selectivo, creado por la firma Standard & Poor's, consiguió así fulminar el récord de 1.565,15 puntos que ostentaba desde el 9 de octubre del 2007, antes del estallido de una crisis económica que sería la más profunda y prolongada en Estados Unidos desde la Gran Depresión de 1930. No se trata de ningún espejismo ni de una burbuja de inminente desaparición (se supone, aunque nunca se sabe con certeza). El flujo de capitales internacional huye de la inestabilidad europea, las amenazas políticas asiáticas y la pasada fiesta de la especulación centrada en la deuda de los países mediterráneos. Hace meses que Wall Street está en el centro del mundo financiero. El mercado cierra este 29 de marzo, en el viernes más santo de la historia del mercado neoyorquino.

Los masivos estímulos de la Reserva Federal de Estados Unidos han dado ya señales de recuperación de la economía del país. Mientras tanto, las políticas antidéficit de Europa ni controlan el déficit ni fomentan el crecimiento. Y los capitales internacionales escogieron atravesar el Atlántico hace meses. El Dow Jones, el otro indicador famoso de la Bolsa de Nueva York, ha cerrado el periodo enero-marzo con una espectacular subida del 11,2%, lo que supone su mejor primer trimestre desde 1998.

El hito bursátil estadounidense ha sido posible gracias a la difusión de los datos del producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos en el último trimestre del 2012, que mostraron que la economía se expandió un 0,4%, por encima del 0,1 % del cálculo anterior, lo que aumenta el crecimiento en el conjunto del año hasta el 2,2%.

¿Alza de la bolsa en Europa?

Ante el optimismo en EEUU, Europa ha apostado por la política del temor con la amenaza a los ahorros de los inversores. Chipre se ha convertido en la amenaza del ahorrador de estar por casa en toda Europa. Quizá el objetivo del corralito chipriota es animar a que el dinero fluya a las bolsas ante el temor a que los Gobiernos apliquen tasas a los depósitos. En ese caso las bolsas europeas, y el Ibex también, deberían empezar a subir decididamente en los próximos meses. Pero hasta ahora, los grandes capitales internacionales (básicamente fondos de inversión) han hecho el agosto en invierno en Wall Street. Quizá vuelvan en verano a las bolsas europeas, pero siempre que las políticas antidéficit se relajen y aporten un giro a las expectativas económicas, mejore el consumo privado, se mantengan los bajos tipos de interés y las potenciales vías para la revalorización de los mercados ahora bajo mínimos.