Chipre ha cedido in extremis esta madrugada en la reunión del Eurogrupo y ha aceptado el duro ajuste bancario, con elevados recortes en los grandes depósitos, que reclamaban la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para conceder la ayuda de 10.000 millones de euros. El rescate evitará la quiebra de su banca y del estado, y permitirá que el país continúe dentro del euro.

La UE y el FMI han de fijar este lunes con las autoridades chipriotas las medidas de restricción de los movimientos de capital necesarias para evitar la fuga masiva de fondos de las oficinas bancarias después de 10 días de cierre, aunque el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, no ha garantizado que los bancos puedan abrir este martes. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha reconocido que la población de Chipre deberá afrontar “tiempos muy difíciles” y enormes sacrificios. Los 10.000 millones del rescate, equivalentes al 56% del producto interior bruto (PIB) de Chipre, no se podrán utilizar para sanear la banca, según una de las condiciones impuestas por el Eurogrupo.

Chipre ha aceptado liquidar inmediatamente el Banco Laiki (Popular), el segundo banco del país, y efectuar una profunda reestructuración de su mayor entidad financiera, el Banco de Chipre. Ambos ajustes implicarán elevadas quitas para los clientes con depósitos superiores a 100.000 euros, ya que solo se garantizarán las cuentas con saldos hasta ese límite. El programa del rescate, sin embargo, no implicará quitas en el resto de bancos del país, como el primer plan, y garantiza los saldos de hasta 100.000 euros de los pequeños ahorradores en todas las entidades.

Acuerdo mejor que el anterior

“Es un acuerdo mejor” que el del 16 de marzo, “aunque en peores circunstancias”, porque se centra en los dos bancos problemáticos y no impone medidas al resto de entidades, ha reconocido Dijsselbloem. El acuerdo se basa en la propuesta inicial de Alemania y el FMI, pero no se pudo alcanzar en la anterior reunión del Eurogrupo debido al veto del Gobierno chipriota, que prefirió gravar a los pequeños ahorradores para proteger a los oligarcas nacionales y extranjeros y conservar su quebrado modelo de paraíso fiscal. Dijsselbloem ha evitado reconocer que fue un error que el Eurogrupo aprobara el primer plan con la tasa a los pequeños ahorradores e insistió que fue el único acuerdo que aceptó Chipre entonces.

En lugar de las tasas previstas inicialmente sobre los grandes depósitos, el acuerdo supone una quita o pérdida directa de los clientes con cuentas superiores a los 100.000 euros en el marco de un proceso de reestructuración o liquidación de las dos entidades. Así se evitará el riesgo de tener que someter la propuesta a la aprobación del Parlamento chipriota, con la posibilidad de que fuera rechazada, como habría sido el caso de una tasa.

Antes de vencer el ultimátum

El acuerdo se alcanzó horas antes de que venciera el ultimátum formulado por el Banco Central Europeo (BCE), que anunció que solo garantizaba hasta este lunes la ayuda de liquidez de emergencia que mantiene en funcionamiento a los dos principales bancos --Chipre y Laiki-- que se encuentran en situación de quiebra y cuyos activos sumados equivalen al 3,7 veces el PIB del país. El colapso de ambos habría arrastrado a todo el sector financiero y al propio país a la quiebra, por lo que no le hubiera quedado más remedio que abandonar el euro. El BCE mantendrá la ayuda de emergencia a la banca chipriota excepto al Laiki, porque se liquida.

El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, ha fracasado en su intento de salvar el Laiki (30.400 millones de activos y 17.900 millones de depósitos) y ha tenido que aceptar una drástica reducción de tamaño del Banco de Chipre (36.200 millones de activos y 27.900 millones de depósitos), así como acabar con la actual laxitud chipriota con el blanqueo de dinero.

Liquidación y ajuste bancario

La liquidación del Laiki implicará que los accionistas y propietarios de bonos perderán todo su dinero. Los clientes con depósitos de más de 100.000 euros también sufrirán unas pérdidas muy elevadas, ya que solo lograrán recuperar los fondos que se vayan obteniendo con la liquidación de sus propiedades. Los activos sanos y las cuentas de hasta 100.000 euros del Laiki se traspasarán al Banco de Chipre, que también heredará los 9.000 millones de deudas del Laiki con el BCE por las ayudas de emergencia recibidas. Las filiales griegas del Laiki y del Banco de Chipre se cederán de inmediato al banco griego de Pireo.

La reestructuración del Banco de Chipre implicará que los accionistas y los titulares de bonos perderán su dinero hasta cubrir las pérdidas acumuladas y los depósitos de más de 100.000 euros quedarán congelados hasta que se calcule qué porcentaje deberá ser convertido en acciones para que el ratio de capital de la entidad (acciones y reservas) alcance el 9% de sus activos.

Los detalles del plan de rescate se concretarán a mediados de abril, antes del desembolso del primer tramo de ayuda. Además del ajuste bancario, el rescate exigirá como contrapartida un aumento de las retenciones sobre los rendimientos de capital, la subida del tipo del impuesto de sociedades del 10% al 12,5% (el 30% en España), un amplio plan de privatizaciones y notables recortes presupuestarios.