Chipre rechazó ayer las exigencias del plan de rescate pactado con la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la quiebra de la banca y del país, y el Gobierno emprendió de nuevo negociaciones con Rusia en busca de fondos alternativos, que eviten imponer una tasa a los depósitos de los clientes bancarios para recaudar 5.800 millones necesarios para completar el plan de salvamento. Mientras tanto, los bancos de la isla permanecen cerrados y no se sabe cuándo se podrá reanudar la actividad financiera.

Después de dos días de sucesivos aplazamientos, el Parlamento chipriota debatió finalmente la propuesta de imponer una tasa a los clientes bancarios, incluida en el plan de rescate pactado el sábado con sus socios europeos. Pero el proyecto no contó ni siquiera con el respaldo del partido gubernamental, Concentración Democrática (Disy), que se abstuvo, mientras que el resto votó en contra porque la medida "es injusta". El recuento final fueron 36 votos en contra y 19 abstenciones.

PROPUESTA REFORMADA El Gobierno, desoyendo las recomendaciones del Eurogrupo de la víspera, solo propuso eximir de la tasa a los clientes con depósitos inferiores a 20.000 euros. Pero mantuvo la tasa del 6,75% para los depósitos entre 20.000 y 100.000 euros y se negó a subir más allá del 9,9% la tasa a los grandes clientes con depósitos superiores.

El Eurogrupo recomendó el lunes a Chipre que no gravara los depósitos hasta 100.000 euros y que recaudara los fondos imponiendo una tasa más alta a los grandes clientes. Pero dejó la decisión final en manos de las autoridades chipriotas y solo exigió que se obtuvieran los fondos necesarios para limitar la ayuda internacional a 10.000 millones (56% del producto interior bruto de Chipre). Un rescate superior dispararía la deuda pública a niveles insostenibles. Esa cifra "es el límite", insistió ayer el ministro francés de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici.

Con la propuesta presentada por el Gobierno al Parlamento no se alcanzan los 5.800 millones exigidos por el Eurogrupo y el FMI, porque la exención a los pequeños ahorradores no se había compensado con una subida a las grandes fortunas.

EXAMINAR ALTERNATIVAS El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, se opone de forma inflexible a gravar más del 9,9% a los clientes ricos de los bancos chipriotas, porque considera que sería perjudicial para los negocios del país y su objetivo de consolidarse como una gran centro financiero internacional, aprovechando su carácter de paraíso fiscal, así como su actitud muy laxa con el blanqueo de dinero.

Anastasiadis, ante la previsión de que el Parlamento no iba a aprobar la imposición de la tasa, convocó anticipadamente para hoy por la mañana una reunión de los líderes de los partidos políticos para "examinar las alternativas a la situación creada". Anastasiadis dio a entender en diferentes declaraciones que está elaborando un "plan B" para salir de la crítica situación financiera sin la ayuda de la eurozona. En esta misma línea, el ministro de Defensa, Fotis Fotiu, anunció en declaraciones a la cadena griega Skai que el Gobierno está intentado buscar soluciones fuera de la Unión Europea.

El ministro chipriota de Finanzas, Michael Sarris, voló a Moscú para negociar con el Gobierno ruso la prorroga del préstamo de emergencia de 2.500 millones ya concedido en el 2011 y para explorar otras vías de salvamento del sector bancario chipriota. Una posibilidad podría ser la adquisición por una entidad rusa de alguno de los bancos en apuros, como el Laiki (Popular), el segundo más importante de Chipre, con unos activos que equivalen a 2,2 veces su PIB.

El anterior Gobierno chipriota ya intentó en el 2012 buscar la financiación que necesitaba para evitar la quiebra en Rusia y en China para eludir las exigencias de la eurozona, pero no obtuvo la ayuda esperada y al final se vio obligado a negociar con el Eurogrupo y el Fondo Monetario Internacional.

El estilo de negociación de partida de póquer que caracteriza a los políticos chipriotas ha acabado por agotar la paciencia del Eurogrupo y del Banco Central Europeo, gracias a cuya ayuda de emergencia diaria se ha evitado hasta ahora la quiebra de los principales bancos del país (Chipre y Laiki). "Mientras no se obtengan los fondos para completar el rescate, no habrá ninguna ayuda", advirtieron ayer el Eurogrupo, la Comisión Europea y Alemania.