El presidente del Banco Popular, Angel Ron, ha cedido la gestión del día a día a un consejero delegado, cargo con el que hasta ahora no contaba y que será ocupado por Francisco Gómez, hasta la fecha director de riesgos. La medida se enmarca en el plan de recapitalización del grupo, aprobado por las autoridades después de que suspendiese el examen a la banca de Oliver Wyman del verano. Ron mantendrá el control directo de las áreas más ligadas a la estrategia, mientras que Gómez se ocupará de la actividad financiera cotidiana y dependerá del presidente. La reorganización de la estructura del banco ha supuesto la perdida de las funciones ejecutivas de Jacobo González-Robatto, que en la práctica ejercía de números dos de la entidad como director general corporativo y de finanzas. El ejecutivo pasará a ocupar una plaza en un consejo asesor internacional de nueva creación, ya que el banco quiere impulsar su expansión en otros países.