Ventajas de la globalización de los mercados: se puede elegir entre los mejores datos de cualquier parte del mundo para compensar los propios. Ayer hubo nueva ración de esta vieja receta al contemplar dos realidades completamente distintas. Mientras el número de españoles encuestados que confirman que no tienen trabajo se acercaba al umbral de los seis millones, en Estados Unidos se informaba de que había bajado el número de trabajadores que solicitaban subsidio de desempleo. Pues en un mercado con dominio alcista, pesó más la buena marcha de Wall Street que los nubarrones en los datos macroeconómicos españoles.

El otro dato al que prestaban atención los inversores era el inicio de presentación de resultados anuales de los bancos españoles. No eran buenos, especialmente en morosidad y dotaciones, pero también en este capítulo los operadores del mercado prefirieron ver que la prima de riesgo sigue dando síntomas de relajación, con la interpretación más favorable posible: si hay confianza en España, seguirá entrando dinero inversor y una parte, aunque sea más tarde que temprano, optará por entrar en el castigado sector bancario español. El razonamiento, aunque rodeado de reparos, sirvió para que el sector alcista que domina los parquets desde mediados de noviembre, impusieran un día más su axioma: mientras la tendencia atraiga, hay que seguir comprando.

El Ibex 35 remontó otro 0,61% y dejó el índice en los 8665,60 puntos para intentar rematar la semana.