La Comisión Europea impuso ayer una multa de 66,8 millones de euros a Telefónica y otra de 12,2 millones a Portugal Telecom por un acuerdo ilegal en el que pactaron no competir entre sí en el mercado de telecomunicaciones de la península Ibérica. Este acuerdo condujo a precios más altos y menos opciones para los consumidores, según apuntó ayer el Ejecutivo comunitario.

El acuerdo se incluyó en el contrato de compra del operador móvil brasileño Vivo por parte de Telefónica en julio del año 2010, hasta entonces propiedad conjunta de las dos compañías. Ese acuerdo entró en funcionamiento en septiembre del 2010 y las compañías decidieron poner fin al mismo a principios de febrero del 2011, después de que la Comisión Europea abriese un expediente de infracción a las normas sobre libre competencia.

Mientras, Telefónica anunció que recurrirá la multa y destacó que se trataba de un acuerdo público que se anuló después de ser cuestionado.