La imaginación a la hora de componer textos para pancartas de protesta, sobre todo en los dos últimos años, ha sido dispar. Junto al tópico que sugiere que el lugar ideal de un chorizo es estar colgado ha habido otras de mayor sutileza, como la de hace unos días, en Portugal, donde hubo una amplia movilización popular contra los Presupuestos presentados por el Gobierno de Passos Coello para el 2013, que incluyen una fuerte subida de impuestos. Entre los colectivos que protestaban, los alumnos de una escuela de teatro, vestidos de negro y con caracterizaciones sobrias exhibían una pancarta que rezaba: Tenho medo (tengo miedo).

Han sido muchos los que han teorizado --sociólogos, politólogos, psicólogos-- sobre este síntoma emocional como una característica emergente en tiempos de crisis. Que esté justificado o sea imaginario marca la línea sutil de diferencia entre quienes conocen las causa de esta agitación del ánimo y quienes no. Entre los primeros hay que incluir a los que viven de causar temor a los demás, naturalmente en provecho propio. A las muchas aproximaciones al fenómeno que vincula crisis económica --que ya es también social y política-- con el miedo, acaba de aparecer una variante que es algo menos traumática, una novela de intriga, que ahora hay que llamarla thriller. Titulada en castellano como El índice del miedo (Grijalbo), la obra de Robert Harris ambienta la trama en el mundo financiero de los hedge funds (fondos de cobertura) para grandes especuladores (perdón, inversores de riesgo).

Harris es un columnista de éxito en la prensa británica, autor de novelas históricas (Pompeya, Imperium), aunque su mayor popularidad le vino por ser el guionista de la película de Roman Polanski El escritor . Como no es cuestión de desvelar la trama de una novela de este cariz, baste enmarcarla en un par de conceptos básicos del mundo bursátil. Uno, la existencia de un índice denominado VIX, o índice de volatilidad del mercado de opciones Chicago, que mide el grado de pesimismo de los operadores del mercado.

Si se prefiere el ensayo a la ficción, veamos una coincidencia: la misma palabra con la que titula Harris, miedo, es la que utilizó el periodista Joaquín Estefanía, para su último libro: La economía del miedo (Galaxia Gutemberg). Sin rodeos: "Hay miedo a un nuevo poder fáctico que denominan dictadura de los mercados, que tiende a reducir los beneficios sociales y las conquistas de la ciudadanía económica del último medio siglo".