Cada vez que llega una cumbre europea uno se acuerda de cómo se formó la Luna. O, mejor dicho, de una de las teorías sobre su creación que, por cierto, parece que acaba de ser probada por un grupo de científicos de la Washington University en San Luis (EEUU). Resulta que, cuando la Tierra todavía estaba en fase de formación, un cuerpo planetario chocó con nuestro planeta y provocó la expulsión de gran cantidad de materia a la órbita terrestre. Al ir agrupándose, formó el satélite.

Pues sí, cada vez que se juntan los mandatarios de la UE uno tiene el miedo de que todo puede saltar por los aires. Bien es cierto que ese temor tiene menos posibilidades de convertirse en realidad esta vez que en anteriores episodios. Pero con los líderes del continente nunca se puede estar tranquilo, como dolorosamente ha demostrado esta crisis.

Es lo que deben haber pensado los inversores, que ayer se tomaron un respiro de la euforia compradora que les embargaba los últimos días ante la perspectiva de que España vaya a recibir, por fin, el rescate comunitario. El Ibex 35, así, bajó el 0,34%, hasta los 8.100,3 puntos, tras subir el 5,8% en las dos jornadas anteriores. El dato de paro en Estados Unidos y los resultados de Bankinter no contribuyeron a levantar su ánimo.

Distinto fue el mercado de deuda, donde la prima de riesgo cayó hasta 371 puntos y el Tesoro colocó 4.610 millones en bonos a medio y largo plazo con el interés más bajo desde abril.