Si la economía española se deteriorase mucho más de lo previsto en los próximos tres años, siete grupos financieros necesitarían 53.700 millones de euros de capital para seguir siendo solventes. Y para afrontar este saneamiento, el Gobierno va a solicitar a Europa unos 40.000 millones de los hasta 100.000 millones comprometidos, lo que equivale a en torno al 4% del producto interior bruto (PIB), que se sumará a la deuda del Estado.

Son las principales conclusiones del informe sobre la banca encargado por el Gobierno a la consultora estadounidense Oliver Wyman por imposición europea. Como se esperaba, las mayores necesidades corresponden a las cuatro nacionalizadas: Bankia, CatalunyaCaixa, Nova Galicia Banco y Banco de Valencia, que recibirán fondos europeos en noviembre. Su necesidad conjunta es de 46.206 millones, pero la ayuda que recibirán será previsiblemente menor porque pasarán activos tóxicos al banco malo en diciembre y obligarán a los dueños de sus preferentes a asumir pérdidas.

También necesitan capital el Popular, BMN y Libercaja (fusión de Ibercaja, Liberbank y Caja 3). La mayor sorpresa ha sido el aprobado de la unión de Unicaja y la castellana Ceiss (128 millones de exceso de capital). Este grupo ha superado el examen porque ha sumado a los casi 500 millones en ayudas que le dio el Ejecutivo en primavera los 1.000 millones adicionales que puso a su disposición en caso de necesidad, según fuentes del sector.

FUSIONES PARA LAS SANAS Las otras entidades que tienen exceso de capital son el Santander, BBVA, Caixabank, Kutxabank, Sabadell y Bankinter. Son los bancos que liderarán las fusiones que el Gobierno empujará en el sector. "No vamos a ir por la vía de juntar dos entidades débiles para crear una fuerte", advirtió ayer el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, en clara alusión a alguna de las uniones que sí se permitieron en los últimos años. Es decir, que los bancos que necesiten capital no podrán fusionarse entre sí para mejorar su situación.

Con el destino de las nacionalizadas sentenciado, la gran incógnita es que pasará con las otras tres que necesitan capital. Las opciones son que logren los fondos por sí mismas o que reciban ayuda pública en diciembre si se determina que no pueden seguir solas. El Popular se apresuró a asegurar ayer que estará en el primer grupo y que no tiene intención de fusionarse, lo que alejaría los rumores que le acercaban a BMN y La Caixa.

Es muy posible que anuncie medidas de recapitalización en muy breve plazo. Restoy, de hecho, dijo que algunas entidades, si logran fondos rápidamente, podrían reducir sus necesidades de capital por debajo del nivel en que estarían obligadas a ser participadas por el Estado, o incluso podrían llegar a no tener necesidades de capital, antes de decidir si inyectarles ayudas.