Los bancos reciben el castigo de los inversores, luego la prima de riesgo va al alza. Quienes prefieran pensar que los problemas de la economía española ya están encauzados para su solución, pueden pecar de optimismo ingenuo, pues en cualquier momento alguien saldrá a recordar que los deberes aún están por hacer, por mucho que ya se sepa cuáles son las tareas pendientes. Ayer fue el comisario de Competencia de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, quien se encargó de convocar al mal tiempo

Recordó que la "incertidumbre" sobre si el Gobierno español pedirá o no el rescate para que el BCE intervenga aumenta los "riesgos" de que se agraven de nuevo las tensiones en el mercado de deuda. "Lo que no ayuda y lo que está sometido a riesgos dada la volatilidad y las tensiones en los mercados es el no enviar señales, el no enviar información sobre cuál va a ser y cuáles son las razones de lo que se vaya a decidir en un sentido o en otro", dijo el comisario.

"A bodas nos convidan", debieron pensar los operadores en el mercado de deuda, con lo que aprovecharon la advertencia de Almunia, así como las disensiones en el PP que se intuyen en la dimisión de Esperanza Aguirre para presionar a la deuda española. La prima de riesgo dio un salto apreciable hasta los 434 puntos básicos del cierre. El tipo de interés superó el 6% de nuevo

De igual forma, la prudencia se trasladó el mercado de renta variable, que se movió a la baja, aunque cerró con un inapreciable descenso del 0,08%. Los valores bancarios acabaron en número rojos.