El número de trabajadores que se han dado de baja voluntariamente en su puesto de trabajo al no poder afrontar cambios en sus condiciones laborales ha venido incrementándose en términos interanuales desde el pasado mes de febrero, cuando se puso en marcha la reforma laboral, que pretendía reducir los despidos a cambio de una mayor flexibilidad en las empresas, según señala un informe del sindicato UGT que analiza los seis meses de vigencia de la reforma laboral del Gobierno del PP.

El sindicato apunta que, entre febrero y julio de este año, se registraron 5.537 resoluciones voluntarias, un 180,7% más que un año antes, de las que 1.706 estaban ligadas a cambios de lugar de trabajo y 2.829 a modificaciones de condiciones de trabajo.

Concretamente, las bajas voluntarias por no poder asumir un cambio de residencia se incrementaron a lo largo de los meses, en especial en julio, cuando repuntaron en un 150,3% respecto al mismo mes del 2011. Asimismo, las bajas voluntarias por cambios en las condiciones laborales no han dejado de crecer, con especial incidencia en mayo (127,7%) y julio (183,9%).

DESCENSO DE CONTRATOS Según el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, este efecto, contrario al perseguido por la reforma laboral, se debe a que "nada" de lo que sindicatos y empresarios pactaron en enero en el acuerdo interconfederal de negociación colectiva se ha recogido en la reforma laboral, "en tanto que se han olvidado de que la flexibilidad interna debía ser negociada". "Hay trabajadores para los que esos cambios en las condiciones laborales pueden suponer una consecuencia insalvable. Nadie opta por una salida voluntaria si no puede afrontar el cambio", dijo Ferrer.

Otro de los resultados que arroja el informe es que la contratación se ha reducido en un 4,4% desde la entrada en vigor de la reforma laboral, con un descenso de los contratos indefinidos del 5,8%, incluyendo conversiones. Además, la proporción de contratos fijos sobre el total de colocaciones se situó en su mínimo histórico en agosto del 2012, con tan solo un 6%.

El informe de UGT contradice la opinión de algunos expertos, como la del presidente del Instituto para las relaciones laborales y el empleo (IRLE), Juan Antonio Sagardoy. El jurista considera que la reforma laboral contribuirá a que las empresas "no acudan de un modo masivo" al despido, sino que utilicen medios preventivos como la modificación de las condiciones laborales antes de optar por prescindir de un asalariado ante la "situación de angustia que padecen las empresas, que pagan el precio de los despidos quebrantando sus finanzas".