Los líderes europeos discutirán en la cumbre que comienza este jueves medidas "a corto plazo" para estabilizar el mercado de deuda pública de España e Italia, según ha asegurado este miércoles la Comisión Europea, que no ha aclarado qué iniciativas se están preparando. España, por su parte, acudirá a la cita con el objetivo prioritario de buscar una solución urgente que permita reducir la prima de riesgo española y estabilizar los mercados financieros, así como para fijar un calendario claro para la unión bancaria.

"Estamos trabajando con los Estados miembros de la eurozona para tomar decisiones convincentes para la estabilización a corto plazo de los mercados financieros, especialmente los mercados de deuda de los Estados de la eurozona sujetos a especial presión", ha dicho a la prensa en referencia a España e Italia, el responsable de Asuntos Económicos de la UE, Olli Rehn.

"No tengo más comentarios sobre la sustancia de estas medidas de estabilización a corto plazo. Estoy contribuyendo a este trabajo desde la Comisión y espero una reunión muy importante mañana y pasado (por el jueves y el viernes) en el Consejo Europeo", ha indicado.

En una comparecencia previa ante un foro organizado por el grupo de los Verdes en la Eurocámara, Rehn ha sugerido que una de las medidas a corto plazo podría ser la recapitalización directa de la banca. No obstante, preguntado por la prensa ha eludido confirmarlo y ha dado a entender que esta posibilidad llegará demasiado tarde para España.

Las declaraciones de Rehn se enmarcan en las peticiones por parte de España y de Italia para que el Consejo Europeo que adopte medidas a corto plazo para reducir sus costes de financiación, que consideran insostenibles.

Igualmente, ambos países han solicitado que el Banco Central Europeo vuelva a intervenir en el mercado de deuda y el primer ministro italiano, Mario Monti, ha reclamado que el fondo de rescate compre bonos españoles e italianos sin imponer condiciones, tal y como prevén las reglas vigentes.

"Entendimiento común"

La aprobación de medidas a corto plazo complementará, según Rehn, el debate sobre cómo reconstruir a medio y largo plazo la unión económica y monetaria. Tal debate se basará en las propuestas presentadas por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que ha confiado en lograr un "entendimiento común" para corregir los efectos estructurales de la Eurozona.

"Este informe no es un texto final que deba ser aprobado por el Consejo Europeo, pero espero que se logre un entendimiento común entre nosotros sobre el camino a seguir por parte de la unión económica y monetaria", ha indicado Van Rompuy en la carta de invitación a la cumbre dirigida a los líderes europeos.

"El reto para este Consejo Europeo es, más que nunca antes, señalar, de forma clara y concreta, que estamos haciendo todo lo necesario en respuesta a la crisis", ha resaltado.

El informe -que también fue firmado por los presidentes de la Comisión, José Manuel Durao Barroso; del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker; y del BCE, Mario Draghi- propone además dar nuevos poderes al Eurogrupo para que pueda corregir los presupuestos nacionales de los países incumplidores. A largo plazo sugiere crear un Tesoro europeo.

Asimismo, los cuatro mandatarios piden además encomendar al BCE la supervisión de todos los bancos de la Eurozona y proponen que el fondo de rescate de la UE actúe como garante de los fondos de garantía de depósitos y los fondos de liquidación de bancos de los Estados miembros, para evitar así fugas de depósitos en los Estados con más problemas.

Tales propuestas chocan con la oposición de Alemania a cualquier forma de puesta en común de la deuda. Además, tampoco incluyen actuaciones a corto plazo como las que reclaman España e Italia para rebajar sus costes de financiación.

En cualquier caso, tanto la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, han insistido en que, a pesar de que Europa afronta una situación "seria", ambos países quieren avanzar en la unión económica, monetaria y política de la zona.

Antes de la reunión que mantendrán en París ambos líderes para preparar la Cumbre europea que arranca este jueves, Hollande aseguró que el objetivo de ambos países es progresar en esta unión económica, monetaria y política "para llegar a una integración y una solidaridad" en Europa.

Por su parte, Merkel subrayó la necesidad de "construir una Europa sólida y estable para el futuro" y mostró su deseo de que el pacto de crecimiento, impulsado por Alemania y Francia junto a Italia y España y que supondrá destinar un paquete de 130.000 millones de euros -el 1% del PIB de la Unión Europea-, se apruebe.

De esta forma, la canciller germana recalcó que "se necesita más Europa, una Europa que funcione", ya que es lo que los mercados "esperan" en estos momentos. "Ahora tenemos mucho que trabajar", añadió tras su breve intervención.

No obstante, una vez más, Merkel mantuvo su rechazo a la emisión de eurobonos e incidió en que la mutualización de la deuda sería una política errónea y contraproductiva. "La responsabilidad conjunta solo puede tener lugar cuando se hayan puesto en marcha suficientes controles" a las economías nacionales, añadió.

Una solución urgente

Mientras tanto, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, acudirá este jueves al Consejo Europeo de Bruselas con el objetivo prioritario de buscar una solución urgente que permita reducir la prima de riesgo española y estabilizar los mercados financieros. Además, espera que esta cita sirva para fijar un "calendario claro" hacia la unión bancaria que permita lanzar un mensaje de "fortaleza" y de "credibilidad" en el euro, aseguran fuentes gubernamentales.

El Ejecutivo califica de "ambicioso" el documento que ha elaborado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, si bien ve excesivo que se fije el plazo de una década para avanzar en esa nueva arquitectura europea.

Fuentes de Moncloa esperan que el "horizonte temporal" para conseguir esa mayor integración financiera sea inferior a los diez años y que así se recoja en el texto final que salga de la cumbre. "Nos gustaría que saliera un calendario claro porque eso dará fortaleza y credibilidad al euro", aseguran fuentes del Ejecutivo, que reconocen, no obstante, que el proceso de toma de decisiones en Europa es lento y complicado.

A pesar de todo, el Gobierno acude a esta cita "moderadamente optimista", aunque parece haber rebajado las expectativas después de ver que Francia se resiste a ceder soberanía y Alemania rechaza de plano cualquier mecanismo de colectivización de las deudas soberanas.

Pacto por el crecimiento

En este contexto, la necesidad de encontrar soluciones definitivas a la crisis de deuda ha dejado en segundo plano el plan de crecimiento por valor de 130.000 millones de euros que aprobarán este jueves los líderes europeos, y que fue anunciado la semana pasada tras la reunión entre Merkel, Rajoy, Monti y Hollande.

El plan no incluye dinero nuevo sino que recicla iniciativas ya conocidas. En primer lugar, la ampliación en 10.000 millones de euros del capital del Banco Europeo de Inversiones (BEI), lo que le permitirá aumentar en 60.000 millones su capacidad de financiación. España deberá aportar casi 1.000 millones.

En segundo lugar, los líderes europeos aprobarán utilizar 230 millones de euros del presupuesto comunitario para avalar la emisión de bonos que sirvan para financiar grandes proyectos de infraestructuras. Con ello esperan atraer hasta 4.600 millones de euros en 2012 y 2013. El resto del dinero vendrá de reasignar fondos europeos ya previstos pero que todavía no se han gastado.