La cancillera alemana, Angela Merkel, abrió este lunes la posibilidad de nuevas ayudas a Grecia para fomentar el crecimiento económico, pero descartó tajantemente una posible flexibilización del programa heleno de reformas y ajustes.

Nuevamente inflexible, la cancillera Angela Merkel no tardó ni un día en advertir a los griegos de que las reformas y ajustes establecidas en el memorando no solo siguen vigentes sino que no se relajarán ni un ápice. A su llegada a Los Cabos (México), donde participa en la cumbre del G-20, Merkel abrió la puerta a nuevas ayudas al país heleno para potenciar el crecimiento pero ha descartado una renegociación del plan de ajuste.

La cancillera aseguró que el nuevo Gobierno que salga de las elecciones de este domingo deberá continuar desarrollando los compromisos heredados por los Ejecutivos anteriores, que acordaron aplicar fuertes medidas de austeridad a cambios de los dos rescates financieros. Los comicios, dijo la cancillera, "no alteran para nada las condiciones marco". La líder alemana pidió la rápida formación de Gobierno para que la troika -FMI, BCE y CE- reanuden el trabajo cuanto antes.

Las advertencias de Alemania llegan mientras el ganador de las elecciones, el conservador Andonis Samaras, inicia la ronda de contactos para formar Gobierno, que finalmente podrá constituirse con los votos de los socialistas del Pasok. Las declaraciones de Merkel vienen a enmendar a su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, que el domingo por la noche aseguró que "se podría hablar de cambios en el cronograma" del plan para Grecia. El titular de Exteriores subrayó que "no puede haber cambios sustanciales en los acuerdos" suscritos entre Atenas y Bruselas, porque supondría crear un agravio comparativo con el resto de países rescatados, pero abrió seguidamente la puerta a una flexibilización de los plazos.