España vive su momento más dramático en el mercado desde 1993. Y eso solo si se miran los indicadores objetivos, porque la sensación de que el país vive una situación todavía peor que entonces --una "emergencia total", como ayer acertó a definir el expresidente del Gobierno Felipe González-- está cada vez más extendida entre los inversores.

La prueba es que la prima de riesgo --diferencia entre el interés del bono español a 10 años y el alemán de referencia en la compraventa entre inversores privados, indicador del riesgo de impago del Estado a ojos del mercado-- se disparó ayer desde los 506 puntos de la apertura hasta llegar a tocar los 541. Con todo, la percepción sobre la solvencia del país atraviesa en estos momentos su peor momento desde enero de 1993.

El interés del bono se situó en el 6,67%, aunque llegó a alcanzar el 6,7%. Es decir, que cada vez se encuentra más cerca del punto de no retorno, que de traspasarse de forma sostenida impediría al Estado poder financiarse. Un límite que los analistas establecen en el 7%. Sirva como referencia que el interés del bono italiano estaba en el 7,5% el otoño pasado, cuando la Unión Europea (UE) forzó la salida del Gobierno de Silvio Berlusconi y su sustitución inmediata por Mario Monti.

BUSQUEDA DE SEGURIDAD Grecia, Irlanda y Portugal estaban por encima del 8% en el momento en que fueron rescatadas. Pero entonces el bono alemán, el que sirve de referencia para medir el pánico de los inversores, estaba situado por encima del 3%, mientras que ahora ha bajado al 1,27% debido a la búsqueda de seguridad de los inversores. Además de los rescatados hasta el momento, solo países europeos como Hungría y Rusia cuentan una prima de riesgo superior a la española, mientras que otros como Bulgaria, Lituania o Polonia se sitúan entre los 400 y los 500 puntos.

Al compás de la prima de riesgo, el Ibex 35 cayó el 2,58%, hasta situarse en los 6.090,4 puntos básicos. En lo que va de semana ya acumula un desplome que supera el 7%, y que le ha llevado a situarse en sus niveles más bajos registrados desde abril del 2003. Por su parte, el selectivo francés retrocedió el 2,2%, frente al 1,8% del alemán, el 1,8% del italiano y el 1,7% del británico. También bajó el euro, que se cambió a 1,239 dólares.

Los inversores temen sobre manera que el Estado no sea capaz de recapitalizar por sí mismo a Bankia y al resto de entidades que se encuentren en apuros y que lo necesiten. Temen, pues, que se vea forzado a solicitar finalmente el rescate del fondo europeo. El rechazo de Alemania a que el fondo de rescate salve directamente a las entidades, como Bruselas propuso ayer por escrito en un documento, y la confusa posición del Banco Central Europeo sobre el plan de saneamiento que se debe llevar a cabo en el seno de la entidad madrileña contribuyeron a fomentar todavía más esos miedos entre los inversores.