"Miré hacia el río / ¿Y qué crees que vi? / Un banda de ángeles / que venían tras de mi / Pero no hay tumba / que pueda retener mi cuerpo". Es la letra de una canción tradicional estadounidense, que hace unos pocos años reinterpretó el gran Johnny Cash. Su interpretación cobró un sentido emotivo: se publicó en el 2010, cuando el último cantante legendario del country llevaba siete años muerto.

La economía española no yace aún bajo tierra, pero igualmente parece aferrarse a la vida al son de la misma melodía. No hay tumba ni rescate europeo que pueda retener a España sin provocar la ruptura del euro, parece cantar el Gobierno. Pero o bien los líderes europeos no piensan igual o bien tienen una suicida estrategia oculta, como ayer comentaba una fuente financiera.

La decisión de Bruselas de conceder al país un año más para reducir el déficit al 3% a cambio de ajustes adicionales fue ninguneada por los inversores. Lo que les preocupa es si España puede financiar el salvamento de su banca o si tendrá que recurrir al fondo de rescate europeo. En lugar de ayudar, el BCE avivó sus miedos al oponerse al plan del Gobierno de recapitalizar Bankia con fondos del banco central y luego asegurar que ese plan no se le había planteado.

Así las cosas, no es de extrañar que el Ibex 35 cayese ayer el 2,58%, hasta los 6.090 puntos. Y la prima de riesgo llegó a tocar un nivel de vértigo: 541 puntos básicos y un interés del bono a 10 años del 6,6%, cerca del punto de no retorno del 7%.