La Unión Europea (UE) denunció ayer las restricciones que impone Argentina a las importaciones de productos europeos ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), en Ginebra. Las trabas recortan las ventas de esos artículos, que ascienden a 8.300 millones de euros anuales, según la Comisión Europea (CE).

La expropiación de YPF, filial de Repsol, por parte del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha empujado a la CE a actuar en un conflicto larvado desde el 2005, aunque el comisario de Comercio, Karel de Gucht, insistió en que se trata de un "caso separado e independiente" de las restricciones comerciales denunciadas ante la OMC.

CRISIS CON ESPAÑA De Gucht reconoció, no obstante, que "las condiciones para el comercio y las inversiones en Argentina están empeorando claramente, como prueba la reciente expropiación de YPF". Pero reiteró que la CE no puede actuar en ese caso concreto y que debe ser España la que resuelva dicho conflicto utilizando el acuerdo bilateral de inversión con Argentina.

Las medidas restrictivas denunciadas incluyen una política de licencias para la importación, y en especial los procedimientos para obtener dichas licencias, y la obligación de las empresas de equilibrar sus importaciones con exportaciones, explicó De Gucht. Argentina subordina la importación de cualquier mercancía a un régimen de autorización previa y preinscripción, que desde febrero de este mismo año se aplica a todas los productos, precisaron fuentes de la CE.

Más de 600 tipos de artículos requieren además una licencia de importación, cuya concesión está sometida a arbitrarios y extremadamente lentos procedimientos de carácter administrativo, añadieron las citadas fuentes. Entre esas mercancías figuran la maquinaria eléctrica, las piezas destinadas a vehículos y los productos químicos.

Además, Argentina exige a las empresas que equilibren las importaciones con exportaciones o que incrementen el contenido local de los productos que fabrican en ese país o que no transfieran sus ingresos al extranjero, explicó De Gucht. La aceptación de todas estas prácticas es una condición para obtener la licencia de importación y, si las compañías no se someten, las mercancías son retenidas en la frontera y no se permitir su entrada.

PERIODO DE CONSULTAS "Las restricciones argentinas a las importaciones violan las normas comerciales internacionales y deben eliminarse", destacó el comisario. "Estas medidas causan un daño real a las empresas de la Unión Europea y perjudican al empleo y a toda nuestra economía", añadió De Gucht.

Ahora se iniciará un periodo inicial de consultas con Argentina, con la Organización Mundial de Comercio como árbitro, que durará 60 días. Si no se suprimen las restricciones comerciales, la UE pedirá entonces que se establezca un papel en la OMC para que las declare ilegales.