El consejo de administración de Bankia que presidía Rodrigo Rato no logró que la auditora diese el visto bueno a sus cuentas anuales. El nuevo órgano directivo, presidido por José Ignacio Goirigolzarri, sí lo ha conseguido, pero tras reformular las cuentas y convertir los más de 300 millones de ganancias en el 2011 en el reconocimiento de unas pérdidas de 2.979 millones. Con estos ajustes, los balances anuales, individuales y consolidados, ya no incluyen ningún tipo de salvedad o advertencia por parte del auditor.

Las principales causas de los resultados negativos son, según la entidad, "los saneamientos realizados en la cartera de créditos, en los activos adjudicados y la puesta a valor de mercado de las empresas participadas integradas en Bankia".

El consejo de administración acordó también ayer una renovación. De 18 consejeros pasa a 10, y de todos los anteriores miembros del máximo órgano de decisión solo quedan dos: Goirigolzarri, presidente, y Francisco Verdú, consejero delegado.