Antonio Tirado presidirá Bancaja, "por obligación" y "en funciones", en sustitución de José Luis Olivas, que ayer dimitió. La polémica ha seguido a Olivas hasta su relevo. Tirado, que era su número dos, será el presidente en funciones, tras haber renunciado al cargo, como solución legal después de no lograr el respaldo unánime de los consejeros, apoyo que él reclamaba para aceptar.

Tirado --hasta ahora vicepresidente primero de la entidad-- está imputado por delitos de falsedad contable, administración desleal y delito societario por su gestión en el Banco de Valencia junto a 26 consejeros más, entre ellos Olivas.

El consejo de administración aceptó la dimisión de Olivas con una despedida poca autocrítica por su parte, en la que, aunque pidió perdón "por todos los errores que haya podido cometer" en ocho años al frente de la entidad, defendió su gestión y recriminó al Banco de España y a Rodrigo Rato la caída de la caja. Olivas habló de la integración en Bankia, para la que dijo "se utilizó toda la información disponible, incluyendo las auditorías y las inspecciones del Banco de España, incluso las que estaban abiertas y se cerraron durante el proceso". También se refirió al Banco de Valencia, por el que dijo trabajar para que "continúe su actividad financiera, con cierta autonomía e independencia, integrado en el seno del mayor grupo por activos de España".

Su poca sintonía con Rato durante la fusión imposibilitó que nunca obtuviera un compromiso público de este para mantener la "valencianía". Tirado presidirá la entidad con carácter interino hasta un plazo máximo de dos meses, en lo que debería convertirse en una fundación. L. L.