La segunda reforma financiera del Gobierno ha tenido una grave derivada: ha complicado enormemente la subasta de las tres entidades financieras nacionalizadas por el Estado. Se trata de CatalunyaCaixa y el Banco de Valencia, que el Gobierno quiere subastar antes del verano, y NovaGalicia Banco, que será vendida al mejor postor a partir de septiembre, salvo el poco probable caso de que capte inversores privados. Algunas de las mayores entidades defienden que el Ejecutivo debería aplazar las ventas. "Si no queremos pedir ayuda a Europa, lo mejor sería que se las quedase el Estado un tiempo, como va a hacer con Bankia", defiende el presidente de uno de los principales bancos.

El incremento decretado por el Ministerio de Economía en las provisiones que el sector tiene que hacer para protegerse de las pérdidas inmobiliarias (28.000 millones, más los 54.000 de la reforma de febrero) tiene un doble efecto desincentivador. Por un lado, los potenciales interesados tienen que hacer una fuerte limpieza, con lo que su margen para asumir la compra es menor. Pero además, las entidades nacionalizadas también deben hacer su saneamiento, lo que afecta a la oferta que recibirán.

ABANICO ESTRECHO "Todos los bancos vamos a pedir mucho dinero, y las subastas de CatalunyaCaixa y NovaGalicia corren el riesgo de no salir", asegura el banquero. Ni el sector ni el Estado, a su juicio, tienen recursos suficiente para cubrir esas ventas, con lo que las alternativas serían declarar desiertos los procesos o acudir al fondo de rescate europeo, una opción que el Gobierno rechaza.

No es el único que lo piensa. "No años, pero esperar un poco a una normalización de la situación tiene sentido", explica otro de los grandes bancos. La reforma, añade, ha "cerrado muchísimo el abanico" de entidades que podrían asumir una compra tan grande como las de la entidad catalana y gallega.

Fuentes del mercado sitúan en ese abanico a Santander y BBVA, pero matizan que una operación así rompería la imagen que tratan de dar en el exterior de que son "bancos globales, no españoles". También están La Caixa, Sabadell y Popular, pero los tres están en plena digestión de Banca Cívica, la CAM y el Pastor, con lo que solo estarían interesados en condiciones muy ventajosas.

En otro de los grandes bancos matizan que si el Estado se que-