La exdirectora general de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) María Dolores Amorós negó haber tenido "nunca" responsabilidad contable sobre la entidad. Según la exdirectiva, si la caja pasó de declarar 240 millones de beneficio en el 2010 a 1.200 de pérdidas en seis meses, fue porque el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) hizo "una interpretación mucho más restrictiva" de las normas que los técnicos de la caja. Amorós aseguró en la comisión de investigación de las Cortes Valencianas sobre la CAM que no cerró "acuerdo alguno en beneficio propio", y que su retribución la acordó el consejo de administración.

La exdirectiva, que desvió la responsabilidad de la gestión de la caja al Banco de España, tildó de "inverosímil" el creer que la CAM "falseó" resultados en una situación de "permanente fiscalización externa". Según dijo, se siguieron "todas las directrices" del supervisor tras la ruptura del SIP con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. A partir de entonces, se centró en la "estrategia de recapitalización", pero en julio del 2011, el Banco de España rechazó su plan por inviable, con la consiguiente intervención y el despido de sus gestores.

Roberto López Abad, que precedió en el cargo a Amorós, se negó a responder a la comisión, pero leyó una declaración en la que aseguró que la toma de decisiones tenía "niveles de transparencia muy altos". Respaldó, además, a Amorós, al decir que la exposición al riesgo inmobiliario nunca fue superior "a la media del sector". Daniel Gil, director adjunto de proyectos inmobiliarios, se negó a declarar, al alegar que está imputado en una causa judicial. LAURA L. DAVID