Bruce Springsteen, músico de oído atento a lo que en la calle sucede, pasea estos días por Europa su nuevo disco. Ese en el que en una canción dice que "los jugadores tiran el dado, los trabajadores pagan la factura / en la Colina de los Banqueros todo sigue siendo lucrativo y fácil".

El promontorio de los financieros españoles sigue siendo alto, pero ha vivido esta semana algunos temblores de tierra. Todo a raíz de la actuación del Gobierno en Bankia. Esa que ha llevado al país a su peor momento en los mercados desde que estalló la crisis y a estar más adentro que nunca en la zona de riesgo de intervención europea. Esa, asimismo, que asegura el Gobierno que no merece una investigación en el Congreso porque hay mecanismos legales y administrativos para depurar responsabilidades. La responsabilidad, dice la RAE, se desprende de una "causa legal", pero también de un "cargo u obligación legal"...

Ajena a estas consideraciones, la UE descartó ayer que España deba pensar en un rescate comunitario de la banca, pese a que el Gobierno lo tenga como plan B. Este mensaje y las ganas de los inversores de ganar dinero con el sistema financiero tras el castigo de los últimos días llevaron ayer al sector a rebotar.

En consecuencia, el Ibex 35 logró subir ayer el 0,44%, insuficiente para maquillar su peor semana del año (6,1% de retroceso), que lo deja en los 6.566,7 puntos, mínimos desde junio del 2003. La prima de riesgo bajó ligeramente, a 484 puntos básicos. Más vale no confiarse.