Mariano Rajoy se aferra a un euro ardiendo. Llevaba el presidente del Gobierno central un mes sin comparecer en el Congreso, y no le quedó más remedio que hacerlo el mismo día en que la prima de riesgo superaba los 500 puntos por momentos y el Ibex 35 caía a niveles del 2003. Su cara reflejaba lo que después admitió: "La situación es muy complicada". Y la salvación, entiende el jefe del Ejecutivo, es más factible si la Unión Europea refuerza la moneda única, un "proyecto básico" que, en su opinión, no puede permitirse la salida de Grecia. Eso sería "una mala noticia" y "un error mayúsculo".

El Gobierno reconoce que todas sus decisiones pasan antes por el filtro comunitario. Por eso reclama como contraprestación que no haya medias tintas con el euro. Así lo pidió ayer el propio Rajoy en la Cámara baja, donde, en unas breves declaraciones a los periodistas, defendió que sus reformas van por el camino "correcto" para "salir del pozo". La pelota está sobre el tejado de la UE, vino a decir. "Austeridad, sí; crecimiento, también. Pero me gustaría también un mensaje claro, contundente, en defensa del proyecto del euro y una afirmación de la sostenibilidad de la deuda pública de todos los países europeos, que en estos momentos está sometida a discusión".

Intervención descartada

No parecen acordarse los populares de aquellos tiempos preelectorales en los que la escalada de la prima de riesgo era "culpa" de José Luis Rodríguez Zapatero. Tampoco de aquellas promesas de que no tomarían algunas medidas que han aplicado. El cumplimiento del déficit para este año es su obsesión, porque "hay un serio riesgo de que no nos presten o de que lo hagan a precios astronómicos", advirtió el presidente. Después quiso hacer una llamada a la calma defendiendo sus recortes como única fórmula para "salir adelante" e intentando aplacar el rumor de la intervención de España por parte de Bruselas: "Hablo con dirigentes europeos y no se plantea un rescate a España".

Aparentó mostrarse más cómodo Rajoy al mencionar sus conversaciones con los líderes de la UE que al debatir en el pleno con la oposición. El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, le propuso por ejemplo pactar las políticas de recuperación económica y le pidió diálogo, pese a que su anterior ofrecimiento fue acogido con "displicencia" por el Ejecutivo. El presidente no le dijo que no, pero tampoco perdió ocasión para recriminarle la falta de acuerdo en anteriores cuestiones, como la ley de estabilidad presupuestaria.

El siguiente reproche --el más llamativo-- lo profirió Rajoy a la líder de UPD, Rosa Díez. Ella le instó a dejar de ampararse en la herencia recibida del PSOE porque, a su juicio, el PP fue corresponsable de muchas medidas equivocadas que se aprobaron. A lo que el presidente le pidió que fuera "un poquito más modesta", y volvió a justificar sus medidas, porque la situación es "extremadamente complicada".