Las duras exigencias formuladas recientemente por la Comisión Europea a Bélgica y Hungría para forzarles a adoptar ajustes presupuestarios adicionales constituyen un mal precedente para la estrategia española de obtener de sus socios la deseada suavización del objetivo de déficit público para este año. En ambos casos, además, el problema de déficit público era menor que el español.

Bélgica, con el país ya en recesión, se vio obligada en diciembre a realizar un ajuste presupuestario de 11.300 millones de euros (equivalentes a unos 34.000 millones al tamaño de la economía española) bajo la amenaza de una sanción, porque estaba incumpliendo sus compromisos de reducción del déficit y no iban a respetar la obligación de colocarlo en el 3% del producto interior bruto (PIB) en el 2012.

A causa del agravamiento de la recesión, el Gobierno belga se vio obligado el pasado fin de semana a aprobar un ajuste adicional para cumplir el objetivo de déficit de este año de otros 1.820 millones, y establecer una reserva complementaria de 650 millones por si fuera necesaria una ampliación. Es decir, Bélgica, en recesión, ha tenido que adoptar unos ajustes globales de más de 13.700 millones (si se incluye la reserva) para respetar sus compromisos de reducción del déficit pactados con la Unión Europea (UE) y evitar una sanción equivalente al 0,2% del PIB. Sin los ajustes, el déficit belga se hubiera situado en el 4,6% en el 2012, una desviación de 1,6 puntos, inferior a la de España en el 2011 y similar a la que pretende el Gobierno en el 2012.

Pérdida de ayudas

Hungría, a pesar de que no forma parte de la eurozona, se expone a perder en el 2013 más de 495 millones de las ayudas europeas previstas para ese país en el fondo de cohesión, por no haber acatado las recomendaciones de la Comisión Europea y de la UE para sanear sus cuentas públicas adecuadamente.

Hungría, que se encuentra en situación de déficit excesivo desde el 2004, solo había conseguido reducir el déficit de forma aparente al exigido 3% del PIB en el 2011 mediante medidas puntuales que solo tienen efecto una vez, como la absorción por parte de la seguridad social de los fondos de pensiones privados, mientras que el déficit estructural ha continuado degradándose.

El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE tiene previsto aprobar precisamente hoy esta sanción a Hungría, que equivale al 0,5% del PIB nacional, y que representa la pérdida del 29% de las ayudas del fondo de cohesión que tiene que recibir el país en el 2013. La pérdida de esas ayudas europeas se hará efectiva el 1 de enero del 2013 si el Gobierno húngaro no adopta antes medidas de ajuste presupuestario consideradas satisfactorias.